Los socialistas fuerzan la revisión del plan de hoteles
El PSC regresó ayer de modo formal a la oposición y forzó la revisión de la medida más trascendental del gobierno de la alcaldesa Ada Colau, del plan especial urbanístico de alojamientos turísticos (Peuat), de la norma que dice dónde se pueden inaugurar nuevos hoteles en Barcelona.
Luego de que el pleno del Ayuntamiento diera cuenta del nuevo cartapacio municipal y terminara de liquidar el pacto de gobierno, los socialistas demostraron que incluso pueden tener más influencia en la política municipal desde la oposición
que desde el gobierno. Y que están muy molestos. Ayer propiciaron la creación de una comisión destinada a estudiar qué ayudas extraordinarias debería ofrecer el Ayuntamiento a comerciantes, restauradores y hoteleros dada la delicada situación económica de la ciudad. Otro de los cometidos de la comisión será estudiar si, vista esta extraordinaria coyuntura, el Consistorio ha de flexibilizar el Peuat.
El exteniente de alcalde Jaume
Collboni, quien apoyó esta norma, subrayó que el Peuat tiene sus propios mecanismos de revisión, que no está proponiendo su derogación, pero que... Menos diplomático fue el edil Daniel Mòdol en una reciente entrevista en Línea Sarrià Sant Gervasi. “La alcaldesa Colau es una estafa democrática”, dijo.
Hacía meses que los socialistas no conseguían sacar adelante un propuesta relevante. A la mayoría de grupos de la oposición no les hizo
gracia darles aire, pero hicieron de tripas corazón para poner a la alcaldesa Colau en un brete. Los comunes se abstuvieron y la CUP votó en contra. Los antisistema ahora quieren que BComú se libre de ICV-EUiA.
La pinza de PDECat y ERC sobre el gobierno apenas se ha aflojado tras la ruptura del pacto. Tras semanas presionando a Ada Colau el demócrata Jaume Ciurana le dijo que estaba mostrando un comporta- miento “muy errático”. Y el republicano Alfred Bosch que ahora demasiadas áreas quedan muy difuminadas. Demócratas y republicanos apoyaron la reforma de ordenanzas funerarias y de cementerios para garantizar la gratuidad del servicio para las familias más necesitadas. Pero en verdad esta medida apenas supone cambiar un indicador de referencia. Ningún grupo votó en contra. Las empresas funerarias Mémora y Àltima emitieron sendos comunicados para recordar que en Barcelona ya funcionan los servicios de beneficiencia. Además, Mémora aplaudió que no prosperara la fundación de un operador municipal.
Ante la falta de apoyos , el gobierno dejó de lado las cuestiones realmente importantes, retiró del orden del día la fundación de su funeraria y también la venta del 15% de Serveis Funeraris de Barcelona, la operación que había de financiar la
El PSC regresa a la oposición y saca adelante una proposición que cuestiona la norma estrella de Colau
PDECat y ERC prestan apoyos puntuales al gobierno mientras esperan una actitud más dialogante
nueva empresa del Ayuntamiento. Además, el gobierno también aplazó el nombramiento del edil Eloi Badia como presidente de Barcelona Serveis Municipals. Jaume Collboni sigue siendo el presidente de la empresa municipal más importante de Barcelona porque los comunes no recabaron suficientes votos para Badia. “Este es el gobierno del descontrol y no precisamente del diálogo”, apuntó Carina Mejías, de Ciutadans. “Ustedes gobiernan por decreto porque les falta proyecto y les sobra sectarismo”, añadió el popular Alberto Fernández.
Son extremos que ilustran las ásperas maneras que abundarán lo que resta de mandato. Pero esta situación no es sólo resultado de la pinza de PDECat y ERC. Unos y otros destacan que los comunes no están realizando un acto de contrición, que continúan maniobrando del mismo modo que hace un par de años: entre ninguneos. La última respuesta, a modo de cantinela del gobierno a las críticas de la oposición, es que les aprueben los presupuestos y les doten de la herramienta que necesitan para afrontar todos las amenazas que se ciernen sobre Barcelona. Pero ahora las negociaciones en torno a los presupuestos están en stand by. No hay cruce alguno de propuestas, ni se ha abierto ninguna puerta al consenso. Todo apunta a que las cuentas de Colau saldrán adelante, una vez más, mediante una cuestión de confianza.