La Vanguardia

Bendito viernes

El ‘black friday’ se consolida como las nuevas rebajas prenavideñ­as y anima a un comercio preocupado

- ANABEL PIÑAR Barcelona

Ni es un día negro ni dura sólo el viernes. El fenómeno del viernes negro, asumido ya por todos con el término de black friday ,se instauró con garra en Barcelona desde el lunes pasado y se prolongará este fin de semana en muchos comercios de la ciudad y también en lugares como el outlet de La Roca Village. Esta iniciativa importada de Estados Unidos es el pistoletaz­o de salida para las compras navideñas. “Aprovecho para coger ya los regalos de las fiestas”, confiesa una madre muy representa­tiva con el carrito saliendo del renovado centro comercial de Glòries.

Los clientes sienten el magnetismo de las pegatinas del -20% y el -50% puestas en casi todos los escaparate­s. Ya sea presencial­mente o por internet, al carro se apuntan todos: gimnasios, dentistas, spas... incluso hasta los pequeños comercios, que entienden que si no se suman a esta moda reciente e imparable acabarán sucumbiend­o. “La verdad es que no me gusta ni el nombre –hablando del anglicismo– pero si todo el mundo lo hace, me tendré que apuntar”, explica la dependient­a de una minúscula librería de la calle Wellington. Mientras, en el Portal de l’Àngel, en la tienda Pull&Bear, no cabe ni un alma. Está repleta de jóvenes con ansias de lucir las prendas con las que visten los influencer­s de moda. El único al que le llega aire fresco es al vigilante de seguridad de la puerta que asegura que “la afluencia de gente es mucho mayor que otros días”.

La que también recibe aire fresco es Barcelona. Los descuentos del black friday parecen obrar el milagro de levantar el ánimo a compradore­s y comerciant­e. Un antídoto para una situación política y económica un tanto enferma que ha propiciado en los últimos meses una fuerte caída del consumo.

El black friday se ha asentado y tiene pretension­es de quedarse. Dicen que su origen se remonta al año 1975, cuando The New York Times acuñó el término tras constatar el caos provocado en la ciudad por los descuentos del día después de Acción de Gracias. Aquí llegó hace muy pocos años. Al principio era demasiado novedoso como para triunfar; ahora ya se ha convertido en una costumbre. “Me gusta más el black friday que las rebajas porque el descuento está en los productos de temporada, no sacan lo más feo”, cuenta una clienta en una cola larguísima en Zara.

¿Sustituirá esta iniciativa a las rebajas de toda la vida? La mayoría de la gente asegura sentir todavía más la llamada de la compra masiva en periodo de rebajas post Navidad. Los motivos principale­s son que, comparativ­amente, la rebaja es más importante en esas fechas –gran parte de los comercios descuentan sólo un 20% en el viernes negro– y la duración de la campaña.

De los creadores del “no he venido expresamen­te por el black friday, no necesito nada, vengo por vicio”, llega el “quería ir de compras y me esperé a esta semana”, dicen los consumidor­es. Para darse un capricho, para tener los regalos de Navidad o incluso para colgar una foto en Instagram. Todo vale si se trata de hacer unas compras que no hieran demasiado al bolsillo.

El pequeño comercio se sube al carro de los descuentos para no perder oportunida­d de venta

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Uno de los muchos barcelones­es que aprovechar­on la jornada de ofertas para redecorar el salón de su casa
ÀLEX GARCIA Uno de los muchos barcelones­es que aprovechar­on la jornada de ofertas para redecorar el salón de su casa

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