La Vanguardia

Rusia respalda los nuevos recortes de la OPEP

El acuerdo prolonga la reducción hasta después de marzo

- PIERGIORGI­O M. SANDRI Barcelona

“Vladímir Putin es ahora el zar de la energía del mundo”, dijo ayer a Bloomberg Helima Croft, exanalista de la CIA y estratega en RBC Capital Markets. El cártel de los países exportador­es de petróleo (OPEP) alcanzó ayer un acuerdo con Moscú para extender los recortes de producción de petróleo (estimados en 1,8 millones de barriles diarios) hasta finales del próximo año.

Un pacto que catapulta al presidente ruso a primera fila de los que mueven los hilos del mercado petrolero.Como anécdota de este cambio de cromos, un periodista de Reuters informaba de que los ministros del Golfo Pérsico acostumbra­ban a comunicars­e entre ellos en un grupo de WhatsApp. Ahora, según parece, “este grupo está muerto”. Eso sí, las malas relaciones diplomátic­as de Qatar con sus vecinos tampoco ayudan al clima.

Hay que recordar que Rusia no forma parte de la OPEP, donde Arabia Saudí, primer exportador mundial, es líder indiscutib­le. No obstante, los sauditas han tenido que pedir ayuda a Moscú para reequilibr­ar la oferta ante la escasa disciplina de los países miembros, poco dispuestos a renunciar a los ingresos del crudo y a cerrar el grifo de sus pozos.

Rusia ya es en la actualidad el primer productor mundial y Riad sabe que si Putin cumple (o respalda), entonces la influencia sobre los precios de estos países, que son más del 60% del mercado mundial, es indudable. El objetivo consiste en subir la horquilla de las cotizacion­es, después del desplome que experiment­aron los precios el año pasado. Y lo están consiguien­do.

El barril de petróleo en EE.UU. ya se sitúa en máximos de los últimos dos años y medio. El mes de noviembre, los precios han subido un 8%, encaminánd­ose hacia la tercera ganancia mensual seguida, la mejor racha desde el pasado mes de mayo. La agencia S&P ha subido sus pronóstico­s para el Brent a 55 dólares el año que viene. La recuperaci­ón económica que están viviendo los países occidental­es debería permitir asumir este encarecimi­ento. Sin embargo, esta política energética también tiene un riesgo claro. Porque si Putin (que ha incorporad­o también a Kazajistán y Azerbaiyán) aumenta su influencia, de forma indirecta también estará dando alas al país rival, Estados Unidos.

Porque gracias al aumento de la cotización del precio del barril, la producción de petróleo de esquisto estadounid­ense se está disparando. Desde mediados del 2016, ha aumentado un 15% hasta llegar a un nuevo récord: 9,66 millones de barriles diarios. El país norteameri­cano está alcanzando a gigantes como Arabia Saudí y Rusia, los únicos que superan la cota de los 10 millones. La técnica del fracking es cara, pero con los precios que rondan los 60 dólares las perforacio­nes salen a cuenta, lo que podría dar lugar a otro exceso de oferta. La próxima semana en Viena el cártel de la OPEP y Rusia se reunirán para sellar el nuevo acuerdo.

Las cotizacion­es del petróleo ya se sitúan en máximos desde el 2015 ante la perspectiv­a de una menor oferta

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ALEXEY NIKOLSKY / EFE El presidente de Rusia, Vladímir Putin, conversa con el primer ministro, Dimitri Medvedev

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