Las cosas de los Martínez
El 20 de noviembre es una fecha señalada. En 1975
murió Franco; en el 2014, la duquesa de Alba, yen el 2017, Charles Manson. Eso sin contar que ese mismo día, en 1936, fue el último en la vida de José Antonio Primo de Rivera yde Buenaventura Durruti. Los descendientes de Francisco Franco y los de
Cayetana Fitz-James Stuart tienen en común haber sobrevivido al régimen y contar entre sus filas a adictos a la fama y a quienes intentan vivir en el segundo plano.
La fallecida Cayetana no era coetánea del Generalísimo, claro, sino de su hija, Carmen Franco Polo, que ya ha cumplido 91 años y, según propia confesión padece un cáncer terminal. Nacidas el mismo año, (1926), las dos se casaron con un
Martínez. De Irujo, en el caso de la aristócrata, y Bordiu, la hija del dictador. Un apellido que alguno de los hijos de las dos familias ha cambiado por el materno, porque en ambos casos la importante era la madre.
El primer nieto varón del denominado Generalísimo se llama como él, Francisco Franco, mientras que el resto de sus hermanos y hermanas, Carmen, Mariola, Merry,
Cristóbal, Arancha y Jaime, conservan el apellido paterno. Fue una decisión destinada a perpetuar un apellido que en su día fue temido, pero acabó siendo odiado. Francis no ha podido quitarse de encima el estigma y cualquier bravuconada que hace, y lleva ya alguna, se atribuye a su herencia franquista cuando, en realidad, como el alacrán, es solo cosa de su carácter. La única de la familia que se mantiene en primera línea, alardeando de haber llegado a los 66 años sin haber trabajado un solo día es Carmen, quien, tras tres matrimonios y varias parejas, presume ahora de su último novio, un neozelandés de 32 años, que se gana la vida como coach emocional. Jaime, el menor de los nietos de
Franco, tuvo problemas con las drogas, pero parece haberse rehabilitado. El resto de los hermanos ha logrado pasar a la reserva y escapar de la atención pública.
En la otra familia Martínez, Eugenia, menor y única hija de la duquesa de Alba, también presume de novio, el productor musical Narcís
Rebollo, jefazo de Universal, con quien ha viajado a Las Vegas para asistir a la entrega de los Grammy Latinos y con quien, según algunas fuentes, se ha casado. Él, vestido de
Elvis, y ella, de Marilyn, un estilismo que nada tiene que ver con la fastuosa boda en Sevilla de Eugenia con el torero Fran Rivera. El viaje a Estados Unidos fue la excusa perfecta de Eugenia para ahorrarse la inauguración de la lápida funeraria, un delirio estético tras el que se guardarán las cenizas de Cayetana.
El actual duque de Alba que, como su hermano Jacobo, cambió el Martínez de Irujo paterno por el Fitz-James Stuart materno, presidió el funeral al que también acudió
Alfonso Díaz, el aún doliente viudo, a quien Cayetana dejó una pensión vitalicia de 3.000 euros al mes.
La duquesa de Alba tuvo seis hijos y Carmen Franco tiene siete. No todos los hermanos llevan el mismo apellido, pero tienen el mismo padre