El espacio ideal para las comidas de estas fiestas
El Magatzem ofrece un área privada para las celebraciones de empresas, amigos y familias
BARCELONA— Cuando se acercan las fiestas de Navidad, uno de los quebraderos de cabeza más recurrentes para las empresas es encontrar un local lo suficientemente amplio, privado y con una buena oferta gastronómica para celebrar las tradicionales cenas de las personas que trabajan juntas todo el año.
Y no se trata solo de un problema para las empresas, también lo es para muchos grupos de amigos, que quieren comer o cenar juntos antes de que empiecen las reuniones familiares, y para las propias familias, que van creciendo y a las que se les hace difícil reunir en casa a abuelos, padres, hijos, nietos... Por eso, a menudo, después de fiestas, oímos comentarios sobre los problemas para encontrar un espacio, y quejas por el servicio o el menú escogido, y cada año se repite el mismo pensamiento: el año que viene empezaremos pronto a buscar el restaurante para la cena de Navidad.
A los grupos que se encuentran en esa situación, El Nacional les ofrece dos soluciones: sus restaurantes temáticos, que pueden acoger grupos de hasta 16 personas, y su rincón más íntimo, El Magatzem, un espacio privado con capacidad para 42 personas que se adapta a la composición y las necesidades de cada grupo, y donde se puede escoger menú a partir de la amplia oferta de todo el complejo, y según el gusto de cada cual.
MENÚS A MEDIDA. El Nacional es un macroespacio en el que conviven restaurantes y barras de varios estilos, algunos muy específicos, como la Barra de Ostras; otros temáticos, como La Braseria, especializada en carnes; La Llotja, donde se sirve el mejor pescado y marisco, y La Taperia, que con su nombre ya lo dice todo.
El Magatzem no es un restaurante, en el sentido de que no cuenta con cocina propia, sino que pone a disposición de sus clientes cada una de esas cocinas para que disfruten de la comida que más se ajuste a sus gustos. Por ejemplo, con el menú de La Braseria para este espacio, que ofrece un amplio surtido de entrantes, que incluye jamón ibérico de bellota, ensaladilla rusa, carpaccio de vaca con cerezas, piñones y alcachofas, ensalada de bacalao desalado con salsa xató, pan de coca fina con pisto confitado y salmón fresco, calamares mar y montaña y croquetas de cecina. Como plato principal, el tradicional pollo de Navidad, con piñones, ciruelas y orejones. Y todo acompañado con pan de doble fermentación y pan de coca tostado con tomate. Los postres se inician con el pastel Alaska, un clásico que aquí preparan con una base de bizcocho, una capa de helado de turrón y un recubrimiento de merengue que en el último momento se gratina y queda tostado por fuera. Y termina el apartado dulce, por supuesto, con un surtido de turrones.
La Llotja elabora para los comensales de este espacio privado un menú que comparte algunos de los entrantes y los postres que hemos mencionado, pero incorpora otros platillos, como las gambas al ajillo y los pimientos del piquillo rellenos de changurro. Y, como plato principal,
suquet de pescado de lonja con alcachofas.
Para una celebración más informal, o de pie, la propuesta a la fuerza tenía que proceder de La Taperia, que prepara una docena de clásicos de los que gustan a todo el mundo y que harán que la comida sea inolvidable: langostinos hervidos, cañadillas, ensaladilla rusa, patatas bravas, bacalao desmigado, jamón ibérico de bellota, surtido de quesos artesanos, ensalada de habitas con jamón ibérico y menta, escalivada, croquetas de cecina, gambas al ajillo y paella mixta. ¡Un auténtico festival gastronómico!