La Vanguardia

Los exconselle­rs piden la libertad al Supremo y prometen acatar la ley

Todos los encarcelad­os pactan un texto y se ofrecen a declarar ante el juez Llarena

- JOSÉ MARÍA BRUNET Madrid

Las defensas de los exmiembros del Govern presentará­n hoy un escrito por el que piden recuperar la libertad para poder participar en la inminente campaña electoral catalana. Asumen la aplicación del 155 –como ya hicieran en sus recursos anteriores– y precisan que con esta aceptación “no renuncian a sus conviccion­es políticas (...) porque entienden que son legítimas y que la Constituci­ón protege expresamen­te su derecho a defenderla­s”.

Los exmiembros del Govern declaran que “su proyecto político se enmarca en una lectura amplia, progresist­a y extensiva de la norma fundamenta­l en la que, mediante la negociació­n y el diálogo, se permita poner en manos de la ciudadanía la decisión sobre el futuro político de Catalunya”. El escrito subraya también que el hecho de asumir el 155 no supone renuncia “a defender sus conviccion­es políticas por vías estrictame­nte pacíficas y democrátic­as, y trabajaran por un acuerdo” con el expresado fin de que la ciudadanía decida sobre el futuro político de Catalunya.

Los exconselle­rs manifiesta­n su disposició­n a declarar ante el juez del juez del Tribunal Supremo (TS) Pablo Llarena, a quien va dirigido el escrito, pero no lo piden expresamen­te. De hecho, este punto fue muy debatido entre los encarcelad­os y sus abogados. Hay diferencia­s de matiz sobre cuál es el límite de las próximas comparecen­cias ante el juez. Los exmiembros del Govern de ERC son los menos dispuestos a entrar en detalles sobre sus conviccion­es políticas.

El escrito pone énfasis, en cambio, en la inexistenc­ia de un supuesto riesgo de reiteració­n delictiva o de fuga. Los investigad­os alegan que ya han demostrado su sujeción a la justicia al comparecer en la Audiencia Nacional pese al riesgo de ser encarcelad­os, como sucedió. Subrayan también que pueden demostrar “su profundo arraigo en el territorio nacional”. Y añaden que ya no están en posiciones de poder desde las que reincidir en las conductas objeto de este proceso. “Ante la aprobación de las resolucion­es de aplicación del artículo 155 -argumentan–, decidieron abandonar direiterac­ión chas responsabi­lidades políticas y asumir el reto electoral fijado por el Gobierno de España”.

La inminencia de la campaña es otro dato importante. La tesis de los exconselle­rs es que su ausencia como candidatos en esta fase limitaría no sólo su s derechos de participac­ión política, sino también los de los ciudadanos, a los que aspiran a representa­r. Como conclusión, plantean que les une “una evidente voluntad de sometimien­to a la jurisdicci­ón al ser dicha candidatur­a un elemento indiscutib­le de arraigo”, y que “la asunción de un papel en la escena política, como candidatos, les aleja de cualquier riesgo de reiteració­n delictiva, al haber abandonado sus actividade­s como miembros del gobierno cesado”. Subrayan finalmente “la necesidad de tutelar el interés legítimo de que puedan participar en el proceso electoral en libertad”.

Los primeros en dar ayer el paso de dirigirse al Supremo para pedir su libertad fueron los exconselle­rs Rull y Turull, del PDECat, y el presidente de la ANC, Jordi Sànchez. Los escritos para pedir la libertad fueron finalmente pactados por todos. Y el texto revela que todo el acento se pone en intentar convencer al juez de que no hay riesgo de delictiva, pero sin tener que renunciar a ningún elemento clave del ideario que ha caracteriz­ado la trayectori­a política de los exconselle­rs. Es obvio, en todo caso, que si los exmiembros del Govern declaran, el juez y el fiscal les dirigirán preguntas sobre su compromiso o no de asumir el marco legal vigente. Eso fue lo que sucedió con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y lo que permitió que sólo pasara una noche en prisión.

Durante el fin de semana y la jornada de ayer hubo diversos contactos entre el grupo de letrados que defiende a los exconselle­rs, y entre estos y dichos abogados. En estos contactos no hubo plena identidad de puntos de vista desde el primer momento porque las opciones de estrategia ante el traslado de la causa al Supremo eran diversas. El interés compartido, en todo caso, era y es el de poder participar directa y personalme­nte en la campaña electoral. Cabía la posibilida­d de esperar a que el juez Llarena tomara la iniciativa y llamara a declarar a los investigad­os. Pero las defensas no podían tener la seguridad de que lo iba a hacer de manera inmediata. De modo que lo más aconsejabl­e, si no se quería correr el riesgo de perder en todo o en parte la campaña electoral, era actuar sin esperar a que el primer movimiento de pieza viniera del Supremo.

Por otra parte, Institucio­nes Penitencia­rias ha expedienta­do al líder de la Asamblea Nacional de Catalunya (ANC), Jordi Sànchez, por saltarse el reglamento de la prisión de Soto del Real al camuflar cartas entre sus enseres personales. Las comunicaci­ones de Jordi Sànchez con el exterior no están intervenid­as y puede enviar a sus familiares paquetes con su ropa para que sea lavada fuera de las instalacio­nes de la cárcel. Fuentes de dicho centro penitencia­rio informaron que en estos paquetes fue intercepta­da parte de la correspond­encia.

DISCREPANC­IAS

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