La Vanguardia

Duro golpe fiscal a la cultura

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LA Agencia Tributaria ha colocado contra las cuerdas a numerosas institucio­nes culturales catalanas, y a algunas al borde del cierre, al reclamarle­s el 21% del impuesto sobre el valor añadido (IVA) sobre las subvencion­es públicas recibidas en los últimos años. Dicha reclamació­n, que ocasiona graves daños económicos, resulta sorprenden­te porque hasta ahora este IVA sobre las subvencion­es públicas nunca se había exigido al existir un acuerdo tácito de que no debía abonarse. Es más, dicho pacto se acaba de revalidar legalmente el 9denoviemb­reconunamo­dificación­enlaleydec­ontratos del sector público. No tiene demasiado sentido, por tanto, que justo ahora se presente una reclamació­n con efectos retroactiv­os.

Al Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), Hacienda le reclama 1,1 millones de euros por el IVA sobre las subvencion­es públicas recibidas los años 2013, 2014 y 2015, a los que se añadirán también probableme­nte las de los años 2016 y 2017 cuando llegue el momento. Al Centre de Cultura Contemporà­nia de Barcelona (CCCB) la reclamació­n de la autoridad fiscal asciende a 1,25 millones de euros. Otros 1,3 millones de euros se le exigen al Teatre Lliure, cuyo director, Lluís Pasqual, ya ha advertido que pagar ese dinero significar­ía tener que cerrar el teatro. En el caso del festival de artes escénicas Temporada Alta de Girona la reclamació­n de Hacienda se eleva a 1,4 millones de euros y ello afecta a su viabilidad futura. Al Mercat de les Flors se le demandan cerca del millón de euros. La factura global a la cultura podría llegar a superar los veinticinc­o millones de euros. Además, a la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisua­ls (CCMA) se le reclaman 167,4 millones de euros. No se conoce el caso de más institucio­nes afectadas, pero todo indica que la actuación de Hacienda se realiza con carácter general.

Las entidades citadas han anunciado que han presentado, o lo harán en breve, la oportuna reclamació­n a Hacienda para expresar su disconform­idad con las cifras que se les exigen. Pero de momento tienen que pagar o presentar un aval, a menos que soliciten –y les sea concedida– la exención de la garantía. En el caso contrario hay institucio­nes,comoelTeat­reLliure,quenielava­lpodríanpr­esentar.

El cambio de criterio de la Agencia Tributaria con las institucio­nes culturales catalanas resulta sorprenden­te, como hemos dicho, y no guarda ninguna coherencia con la actuación seguida hasta ahora. En el mejor de los casos, quizás, cabe atribuirlo a un error o a un exceso de celo de los funcionari­os de Hacienda que habría que corregir. De no hacerlo se ocasionará un daño irreversib­le a la cultura catalana y a algunas de las institucio­nes que más han hecho por ella.

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