Las enfermeras triplican el riesgo de depresión y ansiedad
Sueño insuficiente, horarios cambiantes, un trabajo continuado con personas que lo están pasando mal y una escasa participación en la toma de decisiones minan la salud mental de enfermeras y enfermeros. Según el estudio presentado ayer sobre Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de este colectivo profesional en Catalunya, una de cada tres enfermeras está en riesgo de sufrir un problema de salud mental, sobre todo depresión y ansiedad. La cifra (35,6%) es casi el doble que otros profesionales sanitarios, que están entre el 18% y el 20%. Pero es más del triple que la población en general
(el 9,7%).
Todos los factores analizados por el estudio que ha llevado a cabo la Fundación Galatea influyen, pero destaca especialmente la suma de una gran carga de trabajo con una escasa participación en las decisiones. “Parece una pataleta de la profesión, pero es un hecho que va minando la actividad diaria”, asegura la decana del Consell de Col·legis d’Infermeres i Infermers de Catalunya, Núria Cuxart. “Somos una profesión que está 24 horas, 365 días y esa realidad marca una organización horaria difícil de conciliar con una vida personal ordenada. Además, la jornada de gran parte de la profesión, especialmente quienes trabajan en hospitales y centros geriátricos, pasa en contacto continuado con personas que lo están pasando mal, la principal sobrecarga del trabajo, personas distintas con sus problemas de salud y emocionales. A pesar de que la tarea profesional requiere una gran capacidad de resolución y una gran dosis de responsabilidad, al final tu opinión apenas cuenta. Eso mina el estado emocional”, resume Cuxart.
El estudio explica que, en general, enfermeras y enfermeros son personas de buenos hábitos de vida. Aunque detectan que el horario cambiante –una semana de día, otra de noche y fines de semana– dificulta la continuidad de la actividad física y sobre todo incide en las horas de sueño: un tercio duerme menos de 6 horas y la media de la profesión está en 6,7 horas. Y también afecta a las comidas y su equilibrio, que los participantes en el estudio, mayoría en hospitales, reconocen poco saludable, escasas de frutas y verduras, a salto de mata... Así lo reconoce el 23,1%.
También destacan que aunque fuman menos que la población en general, lo hacen más que otras profesiones sanitarias. Lo mismo pasa en las cifras de bebedores de riesgo. A pesar de lo expuesto de su trabajo, apenas el 30% se vacuna de la gripe.
La poca participación en las decisiones mina un trabajo con malos horarios y siempre cerca del sufrimiento