El Barça recupera el timón
En Mestalla el conjunto blaugrana firmó un 68% de posesión y exprimió sus posibilidades actuales
El Barça del toque de Josep Guardiola siempre quedará como referente estilístico en el fútbol mundial. Pero el Barcelona actual de Ernesto Valverde ha trabajado para recuperar el timón de los partidos, para recobrar la importancia del centro del campo y para restaurar un patrón de fútbol con el que se puede proteger, si le hace falta, a través de la posesión. En Mestalla, ante un equipo enfebrecido por su buena dinámica, el conjunto barcelonista tuvo en su poder el esférico el 68% del tiempo, porcentaje que se elevaba hasta el 71% en la primera mitad, fase en la que se vio la mejor versión del equipo esta temporada.
Con la línea de presión arriba, con los jugadores muy juntos, con acumulación de hombres en la zona ancha (los cuatro centrocampistas, más Messi, más los laterales) y con apoyos continuos el Barcelona instaló su tienda de campaña en el terreno de juego del Valencia y transmitió jerarquía, eso que tanto gusta a los puristas del estilo. Pocos datos reflejan mejor esta idea que el papel de Busquets, que conectó hasta 94 pases. Con las mismas intenciones salieron a jugar al campo del Juventus. El plan era el mismo pero con una gran diferencia, que Messi estaba en el banquillo, lo que provocó que el dominio fuese mucho más plano.
A primera vista el partido de Leo en Valencia no fue de matrícula de honor pero un análisis más detallado ofrece una visión un tanto distinta. Los compañeros le buscaron y le encontraron constantemente. Hasta el punto que intervino en 74 ocasiones y ganó 9 duelos. Insistió e insistió hasta que conectó de manera soberbia con Jordi Alba.
Como todo tiene su vuelta de hoja la presencia de Messi como armador del juego le alejó del área (algo que ocurre a menudo fuera del Camp Nou) y eso limita la capacidad realizadora del Bar- celona. De hecho el argentino suma cinco partidos sin marcar. Pero con siete ausencias y con Luis Suárez en baja forma (2 goles en los últimos 8 encuentros) el Barça exprimió al máximo sus posibilidades actuales en Valencia. A su compromiso y solidaridad de toda la temporada añadió autoridad y acoquinó al rival en la primera parte en un síntoma claro de rebeldía e inconformismo.
El conjunto de Valverde, tras 21 partidos oficiales, ya empieza a ser reconocible y ha adquirido automatismos. No es un Barça solo, sino que hay dos. Uno para los partidos del Camp Nou con un 4-3-3 más clásico y otro para los duelos a domicilio, en especial aquellos que se intuyen complejos. Es en esos casos cuando el entrenador decide sacrificar a un delantero y ampliar la influencia del centro del campo, aunque sea a costa de perder pegada. En sus últimos cuatro desplazamientos el Barcelona sólo ha metido cuatro goles, un dato que deberá corregir para no dejarse empates por el camino. En cambio, en casa en la misma franja de encuentros ha logrado diez. En el Estadi si no aparece uno emerge otro, como fue el caso de Paco Alcácer con el Sevilla.
Pese las adversidades el Barça lleva 19 partidos sin perder y espera contar con más hombres y más fantasía en la segunda parte del curso. Su actitud hasta ahora es irreprochable.
LA MANO DE VALVERDE
Con siete ausencias y con Luis Suárez en baja forma, el equipo se rebela con personalidad y trabajo