Emprender en energía
Nos enfrentamos al reto de conseguir un modelo que garantice una energía segura, accesible, competitiva y sostenible.
Las innovaciones en energía requieren proyectos que precisan largos procesos de desarrollo, con una fuerte inversión en capital económico y humano para su avance. En este sentido, el papel de una aceleradora es vital, ya que no solo supone un importante aporte económico, sino que el apoyo de un equipo de expertos externos al proyecto ayuda a sentar las bases y mirar más allá. Esto hace que una startup multiplique sus posibilidades de éxito en el mercado.
Comprometidos con este contexto, Fundación Repsol puso en marcha en 2011 su programa de aceleración para startups de energía, apoyando el talento de emprendedores con ideas innovadoras en este campo. Esta iniciativa apuesta por el talento, el compromiso, el conocimiento y las ideas, potenciando la energía social, conscientes de que para construir un futuro más sostenible hay que creer en la energía de las personas.
Tras seis ediciones, el Fondo de Emprendedores de Fundación Repsol ha apoyado a un total de 43 startups, muchas de las cuales son ya realidades de mercado, con productos en proceso de comercialización, generadoras de empleo, innovación y con capacidad de atraer inversores para el crecimiento del proyecto. En estos años, el conjunto de las empresas aceleradas han obtenido casi 16,5 millones de euros de inversión pública y privada, han realizado más de 140 prototipos y facturaron, solo en 2016, dos millones de euros.
Esta aceleradora no solo proporciona apoyo económico (los proyectos seleccionados reciben hasta 144.000 euros durante un año), sino que además acompaña a los emprendedores en el desarrollo de su startup, a través del asesoramiento de un equipo de mentores, formación especializada, posibilidad de reali- zar pruebas en entornos industriales y acceso a potenciales inversores.
El proceso de aceleración se desarrolla donde esté ubicada la startup, sin necesidad de desplazarse a ningún espacio de coworking. Todo ello con el objetivo de desarrollar el proyecto empresarial y adecuarlo a los requerimientos del mercado en el menor tiempo posible. Cabe destacar que la media de supervivencia de las startups apoyadas por Fundación Repsol supera el 80%.
El Fondo de Emprendedores tiene dos categorías de apoyo, proyectos e ideas, siendo la ayuda a fondo perdido, sin cesión de porcentaje accionarial ni de derechos de propiedad intelectual.
•Proyectos:
startups que están desarrollando una tecnología y/o un modelo de negocio innovador que ya está demostrado a nivel de entorno controlado o incluso en entorno real, y que no han llegado aún a la fase plenamente comercial.
•Ideas:
startups que están en un nivel de desarrollo tecnológico y/o de modelo de negocio más temprano que el anterior.
Las ideas y proyectos seleccionados inician un proceso de aceleración, que les ayuda a impulsar su desarrollo para que puedan estar en el mercado en el menor tiempo posible. En el mes de septiembre se dieron a conocer las cuatro ideas y cuatro proyectos que se han sumado a esta iniciativa en su sexta edición y en 2018 se lanzará la próxima convocatoria para startups de energía y movilidad, toda la información se publicara en fundacionrepsol.com.
# Fundación Repsol ofrece apoyo económico, asesoramiento de un equipo de mentores, formación especializada, posibilidad de realizar pruebas en entornos industriales y acceso a potenciales inversores.
CÓMO CONVERTIR EL CALOR EN ENERGÍA
Todo nació en un congreso científico en Montreal, al que asistió un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Allí tomaron conciencia del potencial de seguir avanzando en las técnicas de recuperación de energía para convertirla en electricidad (energy harvesting). Así surge AEInnova, una spin-off del departamento de microelectrónica de la UAB, que gracias al apoyo de Fundación Repsol “genera energía eléctrica limpia, sostenible y eficaz, de fuentes de calor que otro desechan”, tal como señala Raúl Aragonés, Chairman & Chief Business Development Officer de AEInnova.
Actualmente AEInnova tiene dos productos en fase de desarrollo:
Indu-eye, un dispositivo para monitorizar instalaciones industriales enviando los datos de forma telemática. Utiliza el calor residual como fuente de energía, por lo que al no tener ni baterias, ni cables, ni mantenimiento, puede ser instalado en cualquier tipo de industria.
Waste Heat Recovery Unit (WHRU), un dispositivo capaz de recuperar el calor residual que se genera en instalaciones industriales y transformarlo en energía eléctrica para alimentar otros sistemas de control industrial. Este producto supone un avance para ayudar al sector industrial a cumplir la normativa establecida en los Acuerdos de París y el Horizonte 2020 y 2030 sobre materia medioambiental.
AEInnova no solo recolecta energía, sino que no para de recoger también ayudas y reconocimientos: ha obtenido la ayuda Neotec de CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad), siendo la empresa de energía mejor valorada en 2017, la ayuda de la Comisión Europea H2020 LIFE+ y además recientemente han recibido el premio a la mejor tecnología innovadora en la feria Internacional IOT Solutions World Congress compitiendo con una aplicación industrial de su producto Indu-Eye.
GENERANDO ELECTRICIDAD EN LUGARES REMOTOS
Desde Portugal llega Inanoenergy, una de las ideas seleccionadas por Fundación Repsol en la última convocatoria de su Fondo de Emprendedores. Esta iniciativa ha desarrollado unos nanogeneradores de reducido tamaño que aprovechan energía residual (calor, movimiento y vibraciones) para conseguir electricidad en lugares remotos.
Tal y como señala André Pereira, responsable del proyecto, “esta tecnología permite crear electricidad en condiciones extremas de alta temperatura y alta presión en lugares remotos, donde no puedes llevar energía a través de cableado”.
Esta empresa ya ha aplicado su tecnología a la industria del calzado y al sector del agua y ahora se enfrentan al reto de utilizar esta tecnología para alimentar los sensores que monitorizan redes de tuberías en instalaciones industriales, sobre todo en el sector del petróleo y gas, permitiendo hacer un seguimiento en tiempo real y enviar los datos de forma telemática sin necesidad de conexión eléctrica.
Conocieron el programa de aceleración de Fundación Repsol a través de la Universidad de Oporto, a la que pertenece este equipo, y decidieron presentar su propuesta al Fondo de Emprendedores. De esta experiencia esperan testar su prototipo para lanzarse al mercado.
NANOMATERIALES: DEL LABORATORIO A LA COMERCIALIZACIÓN
Un grupo de científicos decidió que era el momento de “pasar a la acción” y convertir sus investigaciones sobre nanotecnología en un producto real que pudiera llegar a tener una aplicación en el mercado, así nace Gnanomat.
Tal y como señala Alejandra García, responsable de desarrollo de producto de la empresa “para todo investigador el poder desarrollar tecnológicamente algo en lo que cree y dedica parte de su vida es un sueño. Cuando me embarqué en este viaje no conocía cómo íbamos a conseguirlo y cuál era el camino que íbamos a recorrer hasta llegar a ello”.
Esta startup está especializada en la investigación y búsqueda de nanomateriales para la fabricación de dispositivos de almacenamiento de energía. La empresa fue seleccionada la pasada convocatoria del Fondo de Emprendedores, obteniendo el asesoramiento de un equipo de mentores y un programa de formación, además del soporte económico.
Fruto del avance durante el periodo de aceleración, hoy inauguran su planta piloto en el Parque Científico de Madrid. Esta planta supone un salto crucial para el proyecto, siendo el paso previo a la industrialización y comercialización de sus productos. “Tanto yo, como el resto de mi equipo, creemos en este proyecto, y poder aportar nuestro granito de arena en algo tan importante y necesario como es el desarrollo energético sostenible nos motiva a seguir luchando y trabajando día a día”. Señala Roberto Clemente, CEO de Gnanomat.