La Vanguardia

El Madrid se da un festín inesperado

El conjunto de Zidane consigue una goleada a la espera del Mundial de Clubs y la visita del Barcelona

- ALFRED BELLOSTAS

La visita del Sevilla, que estaba igualado en la clasificac­ión con el Real Madrid antes del partido de ayer, se veía con preocupaci­ón en el equipo blanco. Los andaluces, pese a la baja de su entrenador, Eduardo Berizzo, que se recupera de un cáncer, habían demostrado ser un bloque férreo, capaz de crear problemas a muchos rivales y seguir adelante también en la Liga de Campeones. Pero Zidane ya había avisado siete días antes de que no estaba preocupado por los malos resultados después del empate a cero en San Mamés. “Los goles llegarán tarde o temprano, también los de Cristiano”, dijo el entrenador francés. Su esperanza se materializ­ó ayer en un primer tiempo tan espléndido de sus jugadores como desconcert­ante de un adversario que ni atacó ni se defendió. Ni siquiera dio una muestra de su carácter y apenas hizo faltas.

La tarde empezó con el lógico homenaje a Cristiano Ronaldo por su quinto Balón de Oro que le iguala con Leo Messi. Fue un preludio de fiesta de lo que vendría después. Todo empezó con una acción muy desafortun­ada del Sevilla después de una brillante parada de Sergio Rico –titular, de forma inesperada, en vez de David Soria–, que desvió un buen remate de Lucas Vázquez. En el saque de esquina posterior, el balón impulsado por Kroos acabó en la cabeza de Muriel, que se hizo un lío junto a Kjaer y lo cedió a Nacho para que este lo controlara y marcara desde muy cerca con la izquierda. Tan sólo se habían disputado tres minutos y los madridista­s habían conseguido un objetivo que antes se presentaba complicado. Con el 1-0, el Madrid se replegó y durante veinte minuto no vio el balón. El Sevilla, muy lento, dominaba, pero lo cierto es que tampoco inquietó demasiado. Una falta lanzada por Banega y a la que no acudió ningún compañero fue el único susto para la defensa local, si es que puede usarse esa palabra para explicar una acción en la que no hubo un remate sobre la portería de Keylor Navas.

Al Real Madrid, queda dicho, no le importaba ese escenario en busca de un contraataq­ue que le permitiera ampliar su ventaja. Lo encontró en el minuto 23 en una jugada conducida por Marco Asensio, que cedió en profundida­d para Cristiano. El portugués, en carrera, entró en el área y marcó por bajo con la derecha.

El segundo gol rompió totalmente a un Sevilla que ya había sido muy poco competitiv­o, que jugaba andando y que llegaba tarde a todos los balones sueltos. Cuestión de actitud. Con ese panorama, el Real Madrid, después de muchas semanas intranquil­o –en el anterior encuentro de la Liga Santander en el Bernabeu había superado con problemas al Málaga por un ajustado 3-2, el mismo resultado con el que había vencido el miércoles al Borussia Dortmund con un gol en el tramo final de Lucas Vázquez–, olió la sangre y decidió darse una goleada de autoestima. Lo tuvo muy fácil porque cada acción ofensiva se producía sin ninguna oposición visitante. A la media hora, Navas tocó con inocencia un balón con la mano en el área cuando defendía a Marcelo y el colegiado no dudó en señalar penalti. Lo transformó, con fortuna, Cristiano porque el portero del Sevilla se lanzó bien y tocó la pelota, pero se le acabó escapando por debajo de su cuerpo.

El festival no acabó ahí. El Madrid quería más y el Sevilla estaba dispuesto a facilitarl­o. En otro balón recuperado en el centro del campo, Kroos asistió por la derecha a Lucas Vázquez y el centro lo envió a la red el mismo centrocamp­ista alemán, totalmente solo en el interior del área. Faltaban siete minutos para el descanso, pero los blancos aún tuvieron tiempo de volver a marcar. Lo hizo un defensa, el marroquí Achraf, con un buen tiro cruzado después de una asistencia de Benzema. El francés se movió bien, pero de nuevo se quedó sin ver puerta, aunque ayer los aficionado­s no se lo recriminar­on. Su mejor oportunida­d llegó en un segundo tiempo que no tuvo ninguna historia. En el 67, Marcelo centró con maestría, pero el francés cabeceó tan ajustado que el balón fue repelido por el poste.

Era evidente que el partido había quedado liquidado en el primer tiempo y Zidane pudo dar descanso incluso a tres piezas básicas: Kroos, Modric y Cristiano.

El Mundial de Clubs espera ahora al Real Madrid, con la final prevista para el próximo sábado en Abu Dabi. Luego, antes del parón navideño, el Barcelona visitará el Bernabeu en un duelo de gran trascenden­cia para la Liga Santander. Un triunfo devolvería a los blancos a la lucha por el título, pero una derrota podría apartarles casi definitiva­mente.

NACHO ABRIÓ EL MARCADOR Muriel regaló en el minuto 3 el gol del defensa y a partir de ahí el Madrid lo tuvo muy fácil

LOS CAMBIOS DE ZIDANE El entrenador blanco dio descanso en la segunda parte a Kroos, Modric y Cristiano Ronaldo

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DANI DUCH Cristiano Ronaldo antes de batir a Sergio Rico en el primero de los dos goles que marcaría el portugués
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