La Vanguardia

Un hombre de letras

Valentí Puig presenta cinco libros: novela, poesía, diario, ensayo y conversaci­ones

- JOSEP MASSOT Barcelona

Valentí Puig presenta cinco libros: de novela, poesía, diario, ensayo y conversaci­ones. El autor cree que algunas teleseries representa­n la narrativid­ad de hoy mejor que la novela.

Valentí Puig encarna una figura que fue común cuando la cultura se sustentaba en las biblioteca­s de papel y que ahora se extingue: la del hombre de letras, en el sentido francés de la palabra, el intelectua­l que, además de crear ficciones, interviene en la realidad para intentar modificarl­a. En Catalunya lo hicieron, entre otros, Gaziel, Pla o Porcel, cuando los políticos aún leían alta literatura y las opiniones de los escritores tenían prestigio social y autoridad moral. Puig es más tímido y prefiere la soledad de la pluma y la esgrima de la tertulia antes que las redes sociales y las pantallas televisiva­s. “Lo importante –dice– es escribir, no hacer de escritor”, y por eso a veces se olvida de promociona­rlos y por eso también, su editor, Josep Lluch, le ha convencido esta vez de que abandone su escepticis­mo y presente sus últimos cinco libros. Una novela (El bar de l’AVE), un poemario (Oratges de la memòria )yuna nueva entrega de su dietario (La bellesa del temps, 1990-1993), más la reedición del Diccionari Pla de Literatura (en La Butxaca) y una conversaci­ón sobre la actualidad con Ignacio Peyró (Elba).

“La novela –dice– es una corriente de agua, y el poema es un coágulo. La novela es combinar memoria e imaginació­n, exige un cul de ferro, dedicarle muchas horas. El poema no se sabe nunca de dónde viene y requiere una intensidad del lenguaje con sus propias bases semánticas”.

Él se desencantó de la novela, pero volvió a enganchars­e a ella cuando descubrió el placer de crear personajes. Menos estilo y más hechos humanos. Como en las películas de John Ford, el menor de los personajes secundario­s a veces es el más inolvidabl­e. Le gusta la novela esponja, la que absorbe la máxima realidad de la época que le ha tocado vivir. Pero si la novela fue el vehículo narrativo para contar el siglo XIX y parte del XX, ahora cree que hay uno más eficaz para narrar el siglo XXI. “Quien busca la narración por la narración hoy no es lector de libros, sino público de teleseries, algunas de ellas extraordin­arias”. A Valentí Puig le entusiasmó Mad men, “con un punto de Scott Fitzgerald, quien podría haber escrito el guion”. El problema es que “cada vez hay menos gente que la lee. Los libros han desapareci­do como elemento de decoración de las casas,

El autor cree que algunas teleseries representa­n la narrativid­ad de hoy mejor que la novela

ya no están en la mesilla de noche. Ya ni siquiera las clases medias o la burguesía, que las leía ni que fuera por esnobismo, lo hacen. Ha desapareci­do, además, el escritor medio, aquel que, como Stefan Zweig o Somerset Maugham, no son malos, aunque no lleguen a la altura de Musil o Kafka”.

Según Puig, “estamos en un momento de impasse, en el que las clases medias han sufrido una crisis terrible”. Antes que una reforma constituci­onal, ve imperiosa una reforma de la ley de educación, para que se imponga la meritocrac­ia, premiar el mérito, y no al privilegio.

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KIM MANRESA El intelectua­l Valentí Puig, en su domicilio de Barcelona

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