La Vanguardia

Victoria a la vista

Rusia seguirá en el país árabe, en la base aérea de Jmeimim y en la naval de Tartus

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, viaja por sorpresa a la base aérea que ha utilizado la aviación rusa desde que se implicó en la guerra civil siria para ordenar que se inicie un repliegue parcial de las fuerzas allí desplegada­s.

A casa con la victoria debajo del brazo. Ese fue el mensaje que ayer transmitió a los militares rusos desplegado­s en Siria el jefe del Kremlin, Vladímir Putin. El presidente de Rusia viajó por sorpresa a Jmeimim, la base aérea que ha utilizado la aviación rusa desde que se implicó en la guerra civil siria, hace poco más de dos años. Y allí, de forma directa y en un discurso ante los militares, ordenó que se inicie un repliegue parcial de sus fuerzas desplegada­s en Siria.

Putin subrayó que las fuerzas rusas han cumplido ya con creces su misión. “En poco más de dos años, las fuerzas rusas y el ejército sirio han derrotado al grupo de terrorista­s internacio­nales más curtido en batallas”, el Estado Islámico, dijo el líder a sus soldados. Una “parte significat­iva” de las tropas puede ahora regresar a casa. “Se han creado las condicione­s para una solución política bajo los auspicios de las Nacionales Unidas. La patria os está esperando”, les alentó antes de proclamar: “Al ministro de Defensa, al jefe del Estado Mayor, les ordeno empezar la retirada del contingent­e ruso hacia sus cuarteles permanente­s”.

El Kremlin lanzó sus primeros ataques aéreos en Siria en septiembre del 2015, tras acordar con el líder sirio, Bashar el Asad, la entrada de su aviación en el país. Es la mayor intervenci­ón de Rusia en décadas en Oriente Medio, y con ella ha dado la vuelta a la guerra civil, acercándol­a a la victoria del lado del Gobierno sirio, que entonces empezaba a verse desbordado.

Era la primera visita de Vladímir Putin a la base de Jmeimim (en la provincia de Latakia) desde que Rusia interviene en el conflicto. Allí le recibió Bashar el Asad; el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, y el jefe de las tropas rusas en Siria, el coronel-general Serguéi Surovikin. El presidente ruso aprovechó el viaje para entrevista­rse con su homólogo sirio. En un déjà vu del encuentro que ambos tuvieron el mes pasado en la ciudad rusa de Sochi, el rais sirio volvió a agradecer profusamen­te la ayuda de Rusia, según difundió la televisión siria. El Asad aseguró que la sangre de los “mártires” rusos se ha mezclado con la sangre del ejército sirio. Putin le dijo, por su parte, que espera impulsar junto a Turquía e Irán una vida de paz y un proceso político para Siria.

Moscú ha logrado que esos dos países, con intereses distintos en Siria, se impliquen en su plan para organizar en Sochi un Congreso del Diálogo Nacional, una reunión para poner frente a frente al Gobierno y a la oposición moderada, pero para la que aún no hay fecha.

También se reunieron con un grupo de pilotos de la aviación rusa, según transmitió la agencia Ría Nóvosti. Putin confirmó a El Asad que Rusia seguirá presente en el país. “Según los acuerdos internacio­nales, en Siria siguen trabajando miembros de un centro ruso para la reconcilia­ción de las partes en conflicto”, dijo Putin. “También van a funcionar dos bases que se han establecid­o de forma permanente: en el punto de apoyo de la Flota Rusa de Tartus y aquí, en Jmeimim”, explicó.

La de ayer fue una jornada diplomátic­a muy apretada para el presidente ruso, quien después voló a Egipto y Turquía.

En El Cairo se reunió con el presidente egipcio, Abdul Fatah al Sisi, y juntos asistieron a la firma de un acuerdo para que la rusa Rosatom construya en el país norteafric­ano su primera central nuclear, en la localidad de Dabaa, al noroeste. Egipto aportará 30.000 millones de dólares, pero necesitará otros 25.000 millones que se los presta Rusia con la condición de devolverlo­s a partir del año 2029. La central tendrá cuatro unidades, la primera de la cuales estará lista en el 2024, según la agencia Tass.

A pesar de tan millonario acuerdo, en Moscú el interés estaba puesto en las conexiones directas de avión entre los dos países. Moscú decidió suspenderl­as tras el atentado terrorista de Al Qaeda en octubre del 2015 contra un avión con turistas rusos sobre la península del Sinaí. Falleciero­n 224 personas. Preocupada por el compromiso de El Cairo con la seguridad, Rusia decidió suspender los vuelos directos, lo que provocó que Egipto perdiera el 70% de los turistas debido a que Rusia aportaba más de tres millones de visitantes. “Egipto ha hecho mucho para mejorar su seguridad en los aeropuerto­s” y Rusia quiere firmar un acuerdo para restaurar estos vuelos, dijo Putin tras el encuentro con Al Sisi. El ministro de Transporte ruso, Maxim Sokolov, declaró luego a los periodista­s que eso podría ocurrir el próximo mes de febrero.

Moscú refuerza lazos con El Cairo con un contrato para construir la primera nuclear de Egipto

 ?? MICHAEL KLIMENTYEV/ POOL / EFE ?? Vladímir Putin, a bordo del avión presidenci­al ruso, escoltado por un caza, en dirección a Siria, ayer
MICHAEL KLIMENTYEV/ POOL / EFE Vladímir Putin, a bordo del avión presidenci­al ruso, escoltado por un caza, en dirección a Siria, ayer

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