Arrimadas avisa de que sin “diálogo y generosidad” no se formará gobierno
BARCELONA TRIBUNA
Más allá de la pugna entre Ciutadans y ERC por el primer puesto el 21-D, todos los sondeos coinciden en esbozar un escenario postelectoral marcado por la fractura, donde quien pretenda gobernar deberá sacar sus dotes de seducción y equilibrismo político para construir una gran coalición o, en su defecto, gobernar en solitario con pactos puntuales a izquierda y derecha. Un escenario que refleja la fractura en dos bloques, independentistas y constitucionalistas, pero también con grandes diferencias entre los partidos que están dentro de cada uno de estos compartimentos, que existe hoy en Catalunya y, que, avisó ayer Inés Arrimadas, obligará al diálogo.
En una conferencia dictada en el foro Barcelona Tribuna, auspiciado por La Vanguardia, la Asociación Española de Directivos (AED) y la Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País, Arrimadas sostuvo que, tras el 21-D, será imprescindible que
“todos seamos generosos, todos estemos dispuestos a ceder un poco y no ver cumplido el 100% de nuestro programa” para poder alcanzar un acuerdo de gobierno “transversal”.
Arrimadas asumió sin complejo (y media sonrisa) el papel de favorita
entre las fuerzas constitucionalistas que le otorgan las encuestas, pero no escondió su convencimiento de que esta “nueva etapa” para Catalunya que espera que el 21-D alumbre, que acabe con cinco años de proceso independentista, exigirá una manera muy diferente a hacer política.“Nosotros sabemos lo que es pactar con diferentes partidos, lo llevamos en los genes”, afirmó, en referencia a los acuerdos que Cs ha llegado en los últimos años tanto con el PSOE con el PP para “permitir la gobernabilidad”.
Preguntada sobre la posibilidad de que apoye una investidura como presidente de la Generalitat de Miquel Iceta aunque el líder del PSC haya obtenido menos apoyo en las urnas que ella –la llamada operación Borgen con la que algunos sectores quieren encumbrar al socialista–, evitó cerrar la puerta de forma tajante a esta opción si es para cortar el paso a los independentistas.
“La duda siempre está, pero habrá que escuchar lo que dicen las urnas”, dijo la dirigente de Cs, que considera más lógico que la iniciativa la lleve el partido más votado. Y aseguró que, si finalmente es Iceta quien recaba más votos, “seremos generosos y estaremos a su disposición para formar un gobierno alternativo”, ya que, advirtió, si gobierna de nuevo el bloque independentista volverá a transitar por la “vía unilateral” y a provocar el choque con el Estado.
También se refirió al papel de posible árbitro que desempeñe la candidatura de los comunes liderada por Xavier Domènech, a quien también trasladó su petición de “generosidad y seny”. Así, admitió que tal vez para los comunes la decisión de apoyar un gobierno presidido por ella “no sea fácil”, debido a sus evidentes diferencias ideológicas aquí y en el Congreso, pero les pidió que piense más en “sus votantes” que en los intereses partidistas, en la posibilidad de acabar con un proceso independentista que “ha dañado” a Catalunya. Por ello aseguró que, si lo deciden las urnas, intentaremos pactar con ellos “aunque sea sólo una abstención”.
Como viene haciendo en sus últimos mítines, la candidata de Cs hizo un llamamiento a la movilización y se postuló como la presidenta de la “convivencia y el seny” frente a Carles Puigdemont, el president del proceso independentista.
La dirigente del partido naranja cree que si el independentismo gana volverá al choque con el Estado