La Vanguardia

Las ‘guerreras’, a casa

La selección española sucumbe ante el vendaval noruego

- TONI LÓPEZ JORDÀ Barcelona

La historia se repitió. Como en Río 2016, como en Dinamarca 2015, como en Budapest 2014, como en Serbia 2013... Ahora en Leipzig, en el Mundial de Alemania, las guerreras volvieron a hincar la rodilla ante la superiorid­ad de Noruega, la pluricampe­ona del siglo XXI, la auténtica dominadora del balonmano femenino, 9 medallas en los 10 últimos torneos, vigente campeona mundial y europea. No había color. Sólo un milagro podía evitar la sexta derrota consecutiv­a en las grandes citas. España, para casa en octavos.

El sueño español se empezó a desvanecer con la vertiginos­a salida noruega. “Nos han condenado los lanzamient­os fallados; nunca hemos podido estar cerca”, sintetizab­a la capitana, Carmen Martín. Un 1-4 en 4 minutos dejó claro a las de Carlos Viver que las pluricampe­onas estaban dispuestas a pasar el rodillo, conducidas por la explosiva Nora Mork, MVP del partido con 11 goles. La central del Gyori estaba desmelenad­a, acabó el primer tiempo con un inapelable 6 de 6. Resultado: Noruega cogió velocidad de crucero y tomaba una primera ventaja intimidato­ria de 5 goles (5-10, 6-11). Viver tenía que pedir tiempo para cortar la hemorragia, pero sobre todo para transmitir serenidad a un grupo tierno, devorado por los nervios.

“Tranquiliz­aos un poco, hay que bajar un poco. No están haciendo nada que no supiéramos”, intentaba levantar el ánimo y contagiar su calma el técnico granollere­nse, en su primera gran cita al mando de las guerreras. Su mensaje surtió efecto. Después de tocar fondo y dominado el nerviosism­o, España empezó a levantar el vuelo. Se apoyó en una mixta sobre Oftedal, en los goles de Carmen Martín, que tiró de galones y aportó 3 goles desde el extremo, y en la garra defensiva, que empezó a ahogar los ataques noruegos. Así, con un 3-0 en menos de 5 minutos, las guerreras comprimían el marcador y volvían a meterse en el partido (9-11), de modo que el imperturba­ble Thorir Hergeirsso­n tuvo que pedir tiempo.

El acelerón noruego se tradujo en dos goles más para irse al descanso con un 10-13; una desventaja para las españolas que, visto lo visto, no era un drama. Albergaban esperanzas de gesta. Sólo tenían que encontrar la grieta en el buque noruego.

En la reanudació­n, Viver se jugó la carta de la portera hispanobra­sileña Darly Zogbi por una desacertad­a Silvia Navarro (2/15). La guardiana del Buducnost se calentó rápido con 3 paradas consecutiv­as y España se acercó a 2 goles con el tanto de Nerea Pena (12-14). Fue lo máximo que se aproximó a la orilla. Entre Oftedal y Mork, y la portera Lunde, impresiona­nte (12 paradas), devolviero­n a las guerreras al suelo. “Hasta el minuto 40 tenía la sensación de que lo íbamos a remontar”, decía Viver. Noruega no dio opción. Mork no tuvo piedad y elevó la diferencia a los 8 goles. Demasiado castigo para unas guerreras en crecimient­o.

España: Navarro, Martín (6, 3p), Mireya González (1), Núñez (1), Amaia González, Cabral (5), Lara González (1); Arderius (1), Almudena Rodríguez (3), Ivet Musons (1), Eli Chávez (2), Jennifer Gutiérrez, Paula García, Nerea Pena (2), Maitane Etxeberria y Zoqbi.

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HENDRIK SCHMIDT / AP La noruega Stine Oftedal, con seis goles, fue un dolor de cabeza para la defensa española

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