La Vanguardia

Joan-Lluís Lluís

Las demandas de “libertad presos políticos” marcan la Nit de Santa Llúcia

- JOSEP MASSOT

ESCRITOR

El escritor de Perpiñán Joan-Lluís Lluís se alzó anoche, en la Nit de Santa Llúcia, con el premio Sant Jordi de novela, con Jo sóc aquell que va matar Franco. También ganaron premios J.M. Fulquet, Clara Queraltó e Ivan Ledesma.

En la Nit de Santa Llúcia más anómala en sus 67 ediciones los protagonis­tas no fueron los premiados, sino los ausentes. “Son las 8 de la noche del 4 de diciembre, el día que el juez ha decidido mantenerno­s en la prisión provisiona­lmente. Os escribo desde la celda de Soto del Real. La ventana de la celda está encarada al este y ahora mismo veo la luna a punto de llegar a la plenitud”, fueron la palabras enviadas por Jordi Cuixart para que fueran leídas en el polideport­ivo de Virrei Amat en Nou Barris, un barrio “formado por hombres y mujeres que asfaltaron –literalmen­te– calles y plazas con sus manos”. El mensaje, retransmit­ido por televisión, era nítido: “Un país que sólo tiene un orgullo: su hecho migratorio como elemento estructura­l. Gente venida de mar o montaña, de todo el Estado, del Mediterrán­eo o del resto del mundo, en busca de un futuro más digno para sus familias”. El espectácul­o fue un homenaje a los inmigrante­s que llegaron a Barcelona durante la dictadura y a las luchas sociales por dignificar las condicione­s de vida en el barrio.

Los premiados pidieron “el retorno de los presos políticos” .En la sala de invitados había una mezcla de sentimient­os: impotencia, rabia, temor de ser acusados de faltas y delitos debido a interpreta­ciones desconcert­antes de la ley –“nuestros abogados nos han avisado de que no se nos ocurra decir ciertas palabras, como ‘país organizado’, no sea que...”– y, al mismo tiempo, alegría y ganas de celebrar la gala de las letras catalanas. En otro corrillo, un editor comentaba como un grave error que en las elecciones no hubiera una oferta de catalanism­o moderado, pues deja desubicada a una parte del electorado.

El ganador del Sant Jordi de novela fue Joan-Lluís Lluís, nacido en Perpiñán, con un título llamativo ,Jo sóc aquell que va matar Franco. La novela empieza como una narración realista y se convierte, poco a poco, en una ucronía, cuando Franco, por presiones de Hitler, declara la guerra a los aliados.

Joan-Lluís Lluís es un escritor cuyas novelas tienen una larga maduración. Le viene la idea, escribe algunas escenas y al cabo de los años la retoma. “Antes de escribir en catalán –dice el autor–, cuando tenía quince años, solía hacer excursione­s cerca del Canigó hacia Sant Marçal. Caminando, me encontré una placa en catalán, Ponía: ‘Malfia’t de la història. Somnia-la i refésla’. Años después supe que era de Pere Quart”. Y eso es lo que hizo. “porque –dice– la literatura es más potente que la historia”. El protagonis­ta de la novela es Agustí Vilamat, nacido en 1916 en Solsona. A causa de un absurdo accidente, pierde un ojo a los cinco años. Es un niño tímido, torpe, que descubre la lengua escrita catalana gracias a una revista infantil. De mayor trabaja como corrector lingüístic­o en Barcelona. Como soldado, durante la Guerra Civil, es un desastre porque, tuerto, no puede disparar un tiro con tino, y lleva a todas partes un diccionari­o Fabra que se sabe de memoria. La

En la novela ganadora, Franco, presionado por Hitler, declara la guerra a los aliados en junio de 1940

guerra no acaba en 1939, pues Franco atraviesa los Pirineos y un bombardeo del campo de refugiados republican­os de Argelers mata a la muchacha de la que estaba enamorada Vilamat, quien pronto, cuando los aliados invadan la Península para liberarla del fascismo, tendrá la oportunida­d de vengarse. “No oculto que la descripció­n de la muerte de Franco es una venganza literaria”, dijo el premiado. “¡Cuántas cosas se habrían evitado!”.

Los otros premios fueron para Ivan Ledesma (Literatura Juvenil, con Negorith), la debutante Clara Queraltó (Mercè Rodoreda de cuentos, con El que pensen els altres) y Josep M. Fulquet (Carles Riba,

Ample vol de nit, un largo poema inspirado en Milton). El premio de literatura infantil quedó desierto. En la gala se dieron a conocer los tres finalistas del nuevo premio a obra publicada, convocado por Òmnium, y dotado con 20.000 euros al autor y 5.000 a la editorial: Els estranys de Raül Garrigasai­t (1984),

Robinson, de Vicenç Pagès Jordà

(Proa) y Els fills de Llacuna Park

(L’Altra). En el acto intervinie­ron también Carme Forcadell, Ada Colau, Mercè Conesa y Carles Puigdemont desde Bruselas.

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ÀLEX GARCIA De Perpiñán a Barcelona. JoanLluís Lluís muestra su satisfacci­ón al recibir el premio Sant Jordi, dotado con 60.000 euros

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