Trump expresa “vergüenza” por la actuación del FBI
El presidente no descarta otorgar el perdón a Michael Flynn
Hay un Trump que improvisa, que se deja llevar por su showmanía, y otro que sigue línea a línea el teleprompter. Los dos se expresaron ayer sobre el FBI en sentidos totalmente opuestos.
“Es una vergüenza lo que ha sucedido con el FBI, pero vamos a rehacer la agencia”, declaró a la puerta de la Casa Blanca, en una incuestionable descalificación a su labor en la investigación de la presunta interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales.
Hace unos días afirmó que el prestigio de la agencia estaba “hecho jirones”. Ayer, el presidente se refirió a la publicación de los e-mails intercambiados entre dos funcionarios del FBI en los que le criticaban, diciendo a bote pronto: “Es bochornoso, mucha gente está enfadada”.
El fiscal especial Robert Mueller apartó el pasado mes de julio por este motivo al agente Peter Strzok (su compañera epistolar, y amante, Lisa Page, ya no estaba), pero su correspondencia la usan algunos conservadores para minar su posición. Frente a ciertas quejas de falta de imparcialidad de Mueller, Trump insistió en que “no existe en absoluto confabulación con Rusia”. Es una muestra más de su realidad alternativa. No pocos legisladores, incluidos republicanos, consideran que todavía no ha concluido la indagación.
“Han encontrado cosas tremendas en la otra cara. Cuando miras la investigación de Hillary Clinton, ves que el sistema está amañado”, replicó redoblando su arrebato contra la agencia. A Clinton la exculpó el que era director del FBI, James Comey. Trump le despidió luego, según la versión de Comey, al negarse este a la sugerencia de que se olvidará de perseguir a Michael Flynn.
El efímero consejero de seguridad es uno de los cuatro imputados por el fiscal especial del Rusiagate y se comprometió a colaborar. Trump no descartó ayer conceder el perdón a Flynn. “Ya veremos”, replicó. “Si miras y ves lo que ha pasado en el FBI...”, apostilló, dejando en el aire que su amigo le parece “más bien una víctima”.
El presidente mostró además agradecimiento a Vladímir Putin, con quien habló la noche del jueves. Su homólogo ruso le felicitó por “las bonitas cosas que ha logrado para este país”. A diferencia del trato con los aliados occidentales, Trump siempre es condescendiente con el enemigo.
Remarcó respecto a Rusia que “nos encantaría su ayuda en Corea del Norte”. Se expresó en paralelo a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en la que Rex Tillerson, su jefe de la diplomacia, exigió a China y Rusia el corte del suministro de petróleo al régimen de Pyongyang. Tillerson rectificó sus palabras del otro día y reiteró que la puerta de la negociación está abierta, pero no aceptarán precondiciones.
Y Trump llegó a Quantico (Virginia), al cuartel del FBI, para la ceremonia de graduación. En ese escenario, en el que equiparó inmigración y terrorismo al reiterar que el Congreso ha de limitar la concesión de visados por lotería o por cadena familiar, tras los dos últimos atentados en Nueva York, exhibió su carta de presentación: “Sabed que tenéis un amigo en la Casa Blanca”. Así marcó una línea entre los “hombres de azul” y los trajeados del mando e investigadores. “Cuando regreséis a vuestras ciudades, decidles a los compañeros que el presidente está con vosotros al 100%”.
Leía de una pantalla.
Tillerson rectifica y dice que no habrá negociación con Corea del Norte si ponen precondiciones