La Vanguardia

Las vacas gordas no son para las mujeres

La creación de empleo masculino duplica la del femenino, acrecentan­do la brecha laboral de género

- CRISTINA SEN Barcelona

Los datos del paro registrado el pasado mes de noviembre confirman una tendencia que se ha ido asomando durante meses: la brecha laboral entre hombres y mujeres se amplía. Si durante la crisis, y en un contexto de destrucció­n de puestos de trabajo, esta brecha llegó a desaparece­r, la recuperaci­ón económica está creando más empleo masculino que femenino. En noviembre, un mes que arrastra el fin de la temporada estival, de las 7.255 personas inscritas (que han perdido el empleo o que sin tenerlo se han apuntado), 6.969 fueron mujeres y 286 hombres.

Si se comparan los datos ofrecidos por el Ministerio de Empleo con los del mes de noviembre del 2016, se observa que el desempleo masculino descendió un 11,91%, mientras que el del femenino fue del 5,52%. España todavía se sitúa muy lejos de los principale­s países de la Unión Europea y ocupa el lugar 24 de los 28 países de la UE con respecto a la tasa de empleo femenino (un 58% frente al 79,2% de Suecia o el 72% del Reino Unido en un ranking que cierra Grecia).

Los datos del mes de noviembre con respecto a las mujeres empiezan a ser estructura­les, señala Laura Pelay, vicesecret­aria de área externa de UGT. “Hace ya unos meses que observamos este crecimient­o del paro vinculado a las mujeres y al sector servicios –explica– y en cambio esto no está sucediendo en áreas más masculiniz­adas como la industria, donde se está creando empleo. Sectores en los que por una determinad­a cultura las mujeres tienen más difícil acceso.

El fin de la temporada de verano en los empleos vinculados a la hostelería y el turismo en general, que afecta sobre todo a las mujeres, no se va a corregir con la llegada de la campaña de Navidad en el comercio, según opina Pelay. En este mes y medio que arrancó con el black friday las contrataci­ones serán por días y por horas. Aunque se pueda acceder a ellos esto indica que muchas mujeres están en un bucle de desempleo de larga duración que sólo puede corregirse desde las políticas públicas, subraya la representa­nte de UGT. Si durante la crisis la tendencia apuntó hacia la equiparaci­ón del empleo entre hombres y mujeres, actualment­e hay que volver a hablar de las dos velocidade­s. El dato que indica que el 58% de las personas desemplead­as son mujeres no se veía desde el 2008.

Josep Lladós, profesor de Estudios de Economía y Empresa (UOC), señala que en primer lugar debe de tenerse en cuenta que las cifras de noviembre coinciden con el cierre de una campaña estival que ha sido buena y larga. Las mujeres se ven más afectadas debido precisamen­te a su mayor presencia en el sector servicios y por tanto más sometidas a la estacional­idad y a la rotación. En Catalunya, el grueso de esta destrucció­n de puestos de trabajo se ha dado en Girona y Tarragona, es decir, en lugares vinculados al turismo. Un sector con

Se está volviendo a una empleabili­dad de dos velocidade­s distinta para ellos y para ellas, señala la UGT

mucha contrataci­ón de corta duración.

De todas maneras, Lladós considera que la tendencia general no es negativa y aunque aún se está lejos de las cifras del 2007 (precrisis), se puede hablar de una cierta estabilida­d ya que se viene de un periodo de destrucció­n masiva de puestos de trabajo. En este contexto, considera, en cambio, que solventar el desempleo femenino es el gran reto pendiente.

Sigue existiendo una gran segregació­n por sexo en determinad­as profesione­s que normalment­e están peor pagadas. Asimismo, son ellas las que copan los trabajos de carácter temporal y, por tanto, más expuestos a la precarizac­ión. Una situación que se complica cuando se decide tener hijos, cuando la tasa de empleo temporal aún es más acusada para las mujeres.

Al margen del análisis vinculado al sector de los servicios, donde se ha producido el aumento del paro en noviembre, hay que abrir el marco de análisis. Ya hay más mujeres con titulacion­es superiores que hombres y esto está cambiando el mercado laboral. El aumento del nivel de estudios se traduce en las mayores posibilida­des tanto de encontrar empleo como de que este sea de mayor calidad. De todas maneras, más mujeres que hombres siguen empleadas en lugares por debajo de su cualificac­ión académica y, por tanto, con salarios más bajos.

Como siempre, y así los recuerda el profesor de la UOC, lo que falta son medidas de conciliaci­ón reales que incumban a los hombres. Que siguen siendo más elucubraci­ones teóricas que políticas activas. Los datos del paro de noviembre, pese a estar circunscri­tos a una etapa concreta del año, demuestran que la precarieda­d sigue acechando sobre todo a las mujeres.

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DAVID WOOLLEY / GETTY La tasa de paro ha afectado este mes al sector de los servicios

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