Los menores refugiados son un 234% más que en el 2015
La llegada de familias solicitantes de asilo y con niños bate récords en Barcelona, que se ve obligada a paliar las carencias estatales
El Ayuntamiento de Barcelona duplicará el número de refugiados atendidos por los servicios municipales, que pasarán de los 2.292 del 2016 a los 4.403 de este año, es decir, un 92% más. Se trata de la previsión que ha realizado el Servei d’Atenció a Immigrants, Emigrants i Refugiats (Saier) con los datos cerrados hasta el pasado mes de noviembre. Este crecimiento exponencial queda empañado por otro todavía más importante.
La llegada de peticionarios con niños en busca de protección internacional batirá todos los récords este año: 684 menores acompañados de sus familias. “La presencia de menores ha aumentado un 139% respecto al 2016 y un 234% respecto al 2015”, dice el Ayuntamiento, que destinará este año más de 1,5 millones de euros a suplir las carencias gubernamentales y a atender a los refugiados que aún no se benefician del programa estatal. Desde que llegan a Barcelona hasta que consiguen una cita en la Subdelegación del Gobierno pueden transcurrir dos meses, denuncia el Saier. Venezuela, Ucrania, Honduras, Colombia y El Salvador son los cinco países de donde proceden más demandas de protección, a raíz de la inestabilidad política, la guerra y la violencia de las maras.
Los sirios aún ocupan, a pesar de todo, una posición muy retrasada en esta lista, la novena, por detrás de Georgia. Precisamente Georgia y Colombia son los dos países con un crecimiento más significativo del 2016 al 2017: de 59 colombianos a 317 (un 437% más) y de 39 georgianos a 164 (un 320% más). En el caso de Georgia, además, “se trata de familias numerosas y con menores”.
El Saier realizará este año casi 19.000 gestiones en relación con la solicitud de asilo. En este organismo municipal también trabajan expertos de la Cruz Roja, el Comité de Ayuda al Refugiado, Comisiones Obreras o el Col·legi d’Advocats, entre otras instituciones.
Las 19.000 gestiones no implican 19.000 solicitantes distintos porque un único demandante puede ocasionar decenas de acciones, como atención social, asesoramiento jurídico, traducciones, además de alojamiento de emergencia en los casos graves.
Barcelona también ha puesto en marcha el programa de atención integral Nausicaa para quienes se queden fuera del programa estatal de ayuda o acaben la protección estatal sin que hayan alcanzado la autonomía necesaria. La elección del nombre no es casual. El programa Nausicaa, como el personaje homónimo de La Odisea, pretende rescatar a los náufragos excluidos del programa estatal de ayuda o que todavía necesiten un empujón. O a las víctimas de torturas que vean rechazada su solicitud. O a quienes se vean en peligro por su opción sexual, como el colectivo LGTBI, que se ha disparado entre los ciudadanos rusos por la homofobia rampante en su país. O a quienes hayan agotado los 18 meses (24, en casos extraordinarios) de ayuda estatal y aún necesiten apoyo.
Estas personas disponen de un periodo extra de hasta un año en Barcelona, durante el que se les garantiza el alojamiento, la manutención, el transporte, los gastos de farmacia y otras necesidades básicas. El programa comenzó con 47 plazas, gestionadas por seis oenegés. El Ayuntamiento, que confiaba en llegar al centenar antes de final de año, ya gestiona 136 (ocho para personas homosexuales o transexuales, que requieren una atención especial).