De París a Terrassa
Bailarines de la Ópera de París cierran hoy la temporada BBVA de Dansa, que en el 2018 traerá desde la Ailey II hasta Ivan Vasiliev
Terrassa ha puesto la directa con la danza. El Centre Cultural vive un momento dulce: acaba de acoger el flamante Ballet de Catalunya en residencia y está a punto de celebrar su 35.ª temporada BBVA de Dansa, la más nutrida de las diseñadas hasta la fecha –once espectáculos–, lo que confirma la buena salud de esta, la única programación privada de danza en Catalunya. Un grupo de estrellas y solistas del Ballet de la Ópera de París que dirige la étoile Aurélie Dupont se encarga hoy (20 h) de clausurar la temporada en curso, a la que han asistido 6.5000 espectadores.
Lo cierto es que, aun tratándose de una gala, una ristra de pasos a dos y solos, la cita tiene mucho sentido, pues supone una cata del repertorio acumulado por esta añeja institución, que fue fundada en 1669 y es la más antigua aún en activo. Se muestran desde trabajos innovadores de coreógrafos actuales hasta el repertorio clásico que ilustra las esencias del ballet. Es decir, desde el Together Alone que Benjamin Millepied creó hace un par de años, cuando dirigía la compañía, para Dupont, hasta el paso a dos del Lago de los cisnes que revisó Rudolf Nureyev. O también, desde el increíble In the middle, somewhat elevated
que el eléctrico William Forsythe creó con música de Thom Willems para la mítica Sylvie Guillen, al clásico Grand Pas de deux del Don Quijote de Petipa. De Le Parc
de Angelin Prejlocaj, a la versión de La Sylphide que en 1836 hizo Bournonville para el Teatro Real de Copenhague. Y así hasta doce momentazos de ballet.
Pero vayamos al inminente 2018: Ailey II, la sección joven de la compañía que fundó Alvin Ailey, muestra como ya hiciera en el Liceu o Peralada ese tributo a la tradición afroamericana que es Revelations (1960), lo más visto de la historia en danza moderna.
No será la única compañía contundente que pase por el Vallès. María Pagés repetirá aquí su exitosa Yo, Carmen que estrenó en Peralada. Y en marzo será el Ballet de Burdeos –que también pasó por el festival ampurdanés– quien muestre la gran producción de El Mesías a cargo del coreógrafo argentino Mauricio Wainrot, una pieza neoclásica que utiliza 32 de los 53 temas de la obra de Händel, incluido el Aleluya, y que cuenta con un centenar de artistas entre bailarines, coros y orquesta, aquí la Terrassa 48.
“Tendremos que disponer la orquesta y los coros fuera del escenario, pues hay más de 34 bailarines”, comentaba Adrià Fornés, director artístico del Centre Cultural Terrassa, al presentar la programación junto al director territorial de BBVA Catalunya, Xavier Llinares, quien habló de la cultura como “un bien imprescindible y necesario para una sociedad de futuro”. Les acompañaban el presidente de Antiga Caixa Terrassa, Ignasi Cusidó, y el teniente de alcalde de Cultura de la ciudad, Amadeu Aguado.
Con este cojín económico, el Centre Cultural se lanza por primera vez a hacer un encargo: un Carmina Burana que Maria Rovira pondrá en solfa con un elenco de 15 bailarines, dos pianos, siete percusiones y tres coros.
Además, el estelar Ivan Vasiliev, con el que Terrassa tiene feeling, traerá un par de creaciones propias –a ver, a ver–, así como una versión de la Suite de El Corsario. Y atención al Scapino Ballet de Rotterdam, el más antiguo de los Países Bajos, que vendrá con lo nuevo de Ed Wubbe: el esplendor barroco con Vivaldi de fondo.
No faltará una actuación del Ballet de Catalunya, del que Fornés dijo: “Ya se vio que tiene posibilidades, hay que darles tiempo”. Por otra parte, el director artístico se ha lanzado a reunir a la diáspora de bailarines catalanes que trabajan por el mundo, en el Royal Ballet, el English National, el Royal Danish, la CND... para ofrecer dos galas en mayo. Y de San Petersburgo llegarán las estrellas en diciembre para una gala final.
En 35 años han sido 330 funciones de 170 compañías llegadas de 30 países. Un recorrido que se ilustra, en el hall del Centre Cultural, con las excelentes fotografías del malogrado Josep Aznar.
El Centre Cultural Terrassa reunirá en mayo a la diáspora de bailarines catalanes en una doble gala