El nuevo villano de ‘Star wars’ regresa a las pantallas
NO LLEGÓ A LUCHAR EN LA GUERRA DE IRAK, PERO EL MOTIVO QUE LO IMPIDIÓ HIZO QUE TERMINARA LUCHANDO EN LA GUERRA DE LAS GALAXIAS
Cambiar armas de guerra por un sable láser ficticio es un claro ejemplo de paralelismo entre la vida real y la ficticia. Adam Driver, también conocido como Kylo Ren para los amantes de la exitosa serie de películas Star wars, conoce bien esta transición.
El histórico suceso del ataque contra el World Trade Center que sufrió la ciudad de Nueva York en la señalada fecha del 11 de septiembre del 2001 impulsó a Adam Douglas Driver Wright (San Diego, California, 19 de noviembre de 1983) a unirse al cuerpo de marines de Estados Unidos para luchar en defensa de su nación. No obstante, un accidente mientras practicaba ciclismo de montaña fue el responsable de una fractura que sufrió en el esternón que le obligaba a abandonar su trabajo como marine poco antes de embarcarse hacia la zona cero de conflicto. Su deseo de viajar a Irak con arma en mano se vio frustrado y entró en depresión. Sin embargo, encontró refugio en el mundo de la interpretación y se formó en la prestigiosa Escuela Juilliard, donde conoció a la actriz Joanne Tucker, su esposa desde hace cuatro años.
En el 2009 se licencia en Bellas Artes y a partir de ese mismo año dio inició su carrera artística con apariciones en series de televisión y cortometrajes. Más tarde, apareció en la película dramática
J. Edgar de la mano de Clint Eastwood, que se estrenó en 2011. Aunque se tratara de un papel menor fue suficiente para dar visibilidad a sus dotes de actuación. Asimismo, tras más papeles en los que Driver conseguía seducir con su puesta en escena, el actor llegaría a formar parte del elenco de la película Lincoln (2012) de Steven Spielberg. Y, tras años sumergido en la industria del cine trabajando con directores como Martin Scorsese (Silencio ) o los hermanos Coen (A propósito de
Llewyn Davis) y triunfar en la serie Girls de HBO interpretando a Adam Sackler, llegó la producción que daría vida a su alter ego más malvado, el villano Kylo Ren, en su primera aparición en el 2015 en Star wars: El despertar de la fuerza, de J.J Abrams.
A pesar del éxito y notoriedad que Driver tiene en el mundo del cine de Hollywood, especialmente gracias al papel que encarna como villano de la nueva generación de La guerra de las galaxias, él no se muestra fascinado por su fama. “Como persona sigo siendo el mismo. Los problemas que tenía antes de El despertar de la
fuerza siguen ahí”, afirma. “Sé que la gente piensa que si eres actor, tu objetivo es ser famoso y rico. ¡Seguramente quieres ser famoso y rico! Y hay cosas geniales en ello: te da libertad de hacer otras cosas. Pero parte de mi trabajo es ser anónimo y creo que es importante poder vivir y observar más que ser observado. Ser famoso es contradictorio a mi trabajo”, explicó en una entrevista a
The Guardian. Para el actor la pérdida del anonimato es un tema importante. “Lo que significa perder el anonimato es un problema en sí mismo. Y no tendré simpatía, ni la pediré. Nuestra imagen sobre la alfombra roja luciendo trajes caros no es lo que buscaba cuando empecé este trabajo”, añade.
A sus 34 años, Driver acaba de rodar The man who killed Don Quixote, dirigida por Terry Gilliam, y tiene previsto estrenarse en el 2018. La nueva entrega de la saga, Star wars: Los últimos Jedi, dirigida por Rian Johnson, se estrenó ayer en cines. ¿Cómo habrá evolucionado el personaje de Adam Driver?