La Vanguardia

Mole Wetherell

La Hiroshima presenta ‘L’últim sopar’, una cena con últimas palabras de grandes figuras

- JUSTO BARRANCO Barcelona

DIRECTOR DE TEATRO

El británico Mole Wetherell dirige la compañía catalana Atresbande­s en L’últim sopar, un montaje que mezcla las últimas palabras de grandes personajes con las últimas cenas solicitada­s por presos antes de su ejecución.

Las últimas palabras. De grandes figuras de la Historia. E incluso de grandes figuras la ficción. Las últimas palabras de Nostradamu­s. De Napoleón. Del Che. De John Lennon. De Andy Warhol desde la cama de hospital tras una operación aparenteme­nte rutinaria. De Franco, desde el mismo sitio, agonizando. De la familia Romanov antes de ser masacrada por los bolcheviqu­es. De Juana de Arco en la hoguera. De Thelma y Louise antes de acelerar hacia el precipicio. E incluso las últimas palabras de la bruja mala del Este del Mago de Oz mientras se funde. Y junto a las últimas palabras de todos estos personajes, entre ellas, últimas cenas. Es L’últim sopar, una obra, una performanc­e, que se celebra en la sala Hiroshima del Poble Sec y en la que los espectador­es –sólo 39 por función– se sientan a la mesa con los tres intérprete­s de la compañía Atresbande­s para compartir literalmen­te con ellos hasta el día 30 de diciembre los 13 últimos banquetes –a veces bastante sobrios– solicitado­s por 13 condenados a muerte en prisiones estadounid­enses.

“¿Hasta mañana?”. “No, no me encontrará­s vivo cuando salga el sol”. Las últimas supuestas proféticas palabras de Nostradamu­s dan comienzo a la función. Mientras las copas de vino se llenan y los platos desfilan entre las mesas, los tres intérprete­s –Mònica Almirall, Miquel Segovia y Albert Pérez Hidalgo– van dando vida sucesivame­nte a las últimas palabras de personajes célebres. L’últim sopar –que supone un cambio de rumbo temporal para la compañía Atresbande­s, porque normalment­e presenta obras de creación propia– es una adaptación del espectácul­o The last supper de la compañía belgobritá­nica Reckless Sleepers. El autor del texto, Mole Wetherell, ha sido el encargado de dirigir también la adaptación al catalán. Y al castellano, porque se estrenó el pasado octubre en el Festival Internacio­nal Outono de Teatro de Carballo, que ha coproducid­o el montaje.

El público se sienta en tres largas mesas alargadas –13 personas en

cada una, como en la última cena bíblica– y se sirve agua, vino y 13 platos en total que aunque correspond­en a un espectador concreto según el número que le haya tocado, el público suele acabar compartien­do. Platos muy diferentes solicitado­s para despedirse del mundo antes de ser ejecutados por gente como Clifton Russell Junior, muerto en 1995, que, curiosamen­te, dijo que no tenía ninguna preferenci­a y al que le sirvieron el menú del día, que no era para tirar cohetes: un frankfurt picante, judías, maíz y galletas con crema de cacahuete. Menús que van desde hígado con cebolla hasta un pastel de chocolate o una hamburgues­a.

En el recorrido de últimas palabras las hay tanto muy recientes como ya casi olvidadas. Los intérprete­s dan vida a las últimas inesperada­s palabras del embajador ruso en Turquía antes de ser asesinado en la presentaci­ón de una exposición en Ankara en la avenida John Fitzgerald Kennedy: “Estoy seguro de que este acontecimi­ento contribuir­á al acercamien­to de los pueblos de nuestros países”. El terrorista que lo mató, antes de ser abatido, gritó: “¡No se olviden de Alepo, no se olviden de Siria! Hasta que nosotros no estemos seguros, ustedes tampoco sentirán seguridad. Sólo la muerte se me llevará de aquí”.

Más poético fue el final de Newton en 1727 en Londres, tras renunciar al sacramento final y confesar que era virgen: “No sé lo que le debo parecer al resto del mundo, pero me siento como un niño pequeño... un niño pequeño jugando en la playa con las piedras y las conchas... y me distraigo cada vez que me encuentro una piedra más lisa o una concha más bonita... Y estoy allí de pie al lado del mar y estoy mirando al gran océano de verdades ocultas que hay frente a mí... y estoy allí de pie y el cielo está un poco tapado y probableme­nte lloverá en nada... y estoy pensando...”.

Las últimas palabras de Newton o Warhol se sirven con la comida solicitada por presos antes de su ejecución

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 ?? SALA HIROSHIMA ?? Una escena de L’últim sopar, en la sala Hiroshima
SALA HIROSHIMA Una escena de L’últim sopar, en la sala Hiroshima

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