Relevo en La Habana
Los estragos del huracán ‘Irma’ obligan a alargar dos meses la legislatura
Raúl Castro aplaza hasta el 19 de abril las elecciones presidenciales que pondrán fin a la dinastía iniciada en Cuba por su hermano Fidel tras la revolución que lo llevó al poder en 1959.
Raúl Castro debía dejar la presidencia de Cuba el próximo 24 de febrero. Sin embargo, los estragos causados por el huracán Irma alargarán dos meses su mandato. La Asamblea Nacional acordó ayer celebrar las elecciones presidenciales que pondrán fin a la dinastía de los Castro el próximo 19 de abril.
El complejo sistema electoral cubano establece un ciclo de comicios que arrancan con las elecciones locales y termina con las
presidenciales. Este ciclo no se pudo poner en marcha el pasado octubre, tal y como estaba previsto. Irma, que cruzó la isla en septiembre, dejó una decena de muertos y cuantiosos daños materiales que hicieron imposible celebrar los comicios como estaba previsto.
Raúl Castro, de 86 años, sucedió a su hermano Fidel en la cúspide del poder cubano hace nueve años. El favorito para sucederle es el actual primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel. Los Castro han gobernado
Cuba desde el triunfo de la revolución en 1959.
Díaz-Canel, de 57 años, ha anunciado que su intención es seguir la misma línea política, lo que supone una apertura controlada a la empresa privada pero manteniendo el sistema de partido único y un férreo control de todas las actividades sociales y culturales.
El ingeniero Díaz-Canel accedió a la primera vicepresidencia en el 2013 y representa a la primera generación de dirigentes nacidos después de la revolución.
Raúl Castro, seguramente, mantendrá la dirección del Partido Comunista hasta el congreso previsto para el 2021. Desde esta posición podrá establecer los parámetros de la política del Gobierno y la dirección que deberá mantener Cuba.
Raúl Castro aplicó unas reformas que incluían la expansión de internet y de los teléfonos móviles. La mayoría de cubanos recibieron permiso para viajar, así como para comprar y vender tanto casas como automóviles. El problema es que los salarios son tan bajos y la vida tan precaria, que prácticamente nadie puede permitirse el lujo de salir de la isla o comprar una vivienda.
Uno de los mayores logros políticos de Raúl Castro fue el acercamiento a Estados Unidos. En el tramo final de la presidencia de Barack Obama se restablecieron las relaciones diplomáticas y se suavizaron las sanciones económicas y políticas. Sin embargo, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca acabó con esta apertura. El nuevo presidente ha impuesto nuevas sanciones. Entre ellas está la prohibición a las empresas estadounidenses de hacer negocios en Cuba.
A pesar de este castigo, de la caída de las ayudas de Venezuela y del paso del huracán Irma ,la economía cubana ha vuelto este año a la senda del crecimiento. El Gobierno anunció ayer que el PIB crecerá 1,6% y que espera un aumento del 2% para el 2018.
Estas cifras contrastan con las que maneja la Comisión Económica para América Latina y el Cariba (Cepal), que da un crecimiento de un 0,5% en el 2017 y del 1% en el 2018.
En cualquier caso atrás queda la recesión del 2016 (-0’9%), la primera en dos décadas. El motivo principal de la mejora parece ser el turismo que, a pesar de la falta de infraestructuras adecuadas, creció un 4,4%.
Pocas novedades cabe esperar de las elecciones previstas para el año próximo. La plataforma ciudadana #Otro18 no logró presentar candidatos independientes en los comicios municipales de noviembre y está por ver qué influencia logrará tener en las legislativas.
UN CARGO CLAVE
El mandatario mantendrá el control del Partido Comunista hasta el 2021
CRECIMIENTO
La economía supera la recesión y cerrará el 2017 con una subida del 1,6% gracias al turismo