El Bernabeu le sienta bien
Los grandes escenarios te desnudan o te propulsan. En el Bernabeu le suele ocurrir lo segundo a Sergi Roberto (25 años). Sólo hace falta revivir su galopada fenomenal en el último clásico liguero en Chamartín. El 23 de abril la imagen fue la de Messi enseñando la camiseta tras marcar el gol de la victoria, pero no habría sido posible sin la carrera del canterano. Recibió un pase de Busquets en el lateral derecho y se fue metiendo hacia el centro, en diagonal. Superó a Modric, que no llegó a tiempo para derribarlo, y sorteó a Marcelo, que se equivocó al no hacerle falta. Mientras regulaba su oxígeno (era el minuto 91 de partido) levantó la cabeza y se la dio a André Gomes para que prolongara una jugada que terminó con asistencia de Alba y el 2-3 de Leo.
Resultó un justo premio al esfuerzo de Sergi Roberto, que ese día fue el azulgrana que más corrió (12,07 kilómetros) y que supo ser importante con una de sus virtudes, la de romper líneas con su zancada. Aunque en el referido encuentro su rendimiento no se entiende sólo con esa jugada decisiva, sino también por el hecho de que cumplió bien otra misión: la de defender ni más ni menos que a Sergio Ramos en los siete córners que lanzó el Madrid, ya que ninguno fue rematado por el central blanco.
Como no es lateral por naturaleza, Sergi Roberto prefiere irrumpir con el balón y no atacar el espacio, como hace Jordi Alba por la otra banda. En su querencia por la pelota al pie se nota que él se siente todavía centrocampista, aunque una temporada más está funcionando más como lateral. Ha participado en 20 partidos esta campaña y en 11 lo ha hecho en el flanco derecho de la defensa, incluidos los tres últimos en los que ha jugado. Pese a que Semedo comenzó bien la campaña, su deficiente segunda parte en Mestalla, donde fue devorado por Guedes, le ha condenado en esta fase a quedarse por detrás de Roberto, que regresó con ardor de su última lesión.
Ahora vuelve al Bernabeu, un estadio que le trae buenos recuerdos desde que se estrenaba en la Champions como barcelonista allí, en 2011, en el célebre partido que estuvo precedido por el “puto amo” de Pep Guardiola y que concluyó con victoria barcelonista por 0-2 y con los “por qué” de José Mourinho. Esa vez sólo jugó un minuto. En cambio, fue mucho más importante en el 0-4 de 2015 que provocó una pañolada en Chamartín. Con Messi en el banquillo porque salía de una lesión Luis Enrique colocó a Sergi de falso extremo, posición desde la que desconcertó a la zaga blanca y desde la que originó la jugada del primer gol del partido, obra de Luis Suárez. “Mis partidos allí han sido bastante buenos y, aunque cada encuentro es un mundo, esperamos irnos de vacaciones con más distancia”, concluyó el futbolista el pasado domingo tras la victoria contra el Deportivo. Cuando era infantil en el Nàstic el Madrid intentó seducirle y habló con su familia, pero el Barça ganó la puja. Le costó arrancar, pero ahora su carrera no para.