ZINEDINE ZIDANE - ERNESTO VALVERDE Z.Z.
Discreto y elegante en los terrenos de juego y en el banquillo. Marsellés de origen argelino y ascendencia humilde, destaca por su elegancia aristocrática. Centrocampista de porte ofensivo, usa un lenguaje inminentemente defensivo ante la prensa. Habla poco, pero claro, aunque desmarcándose de dar grandes titulares. Su alopecia de juventud reflejaba su inteligencia en el césped. Su actual look guardioliano describe su admiración por el de Santpedor, que no ocultó ni en su presentación como entrenador merengue. Un discreto ZZ en su camiseta de entrenamiento es la única herencia del mourinhismo, corriente con la que no simpatiza. Creerse menos importante que sus jugadores le quita protagonismo, no grandeza. Solo su afabilidad hace que pueda decir “me conformo a ganarlo todo” sin generar anticuerpos.
E.V. Cacereño de nacimiento, vasco de adopción y mediterráneo en su concepción futbolística, esa multiculturalidad define lo poliédrico que es su pragmático arquetipo vital. Su apodo, Txingurri (“hormiga”, en vasco), describe sus principales características: pequeño y trabajador. El fútbol le absorbe la cabeza, quizás por eso, sólo él podía suceder al filósofo Bielsa en Bilbao, respetando su legado. En su primera rueda de prensa demostró que es un hombre de sutiles contrastes, hablando de exigencia y reto, estilo y adaptación, incluso de esquema y resultados. Se siente examinado por los jugadores y se acerca a ellos para ayudarles a mejorar, allí emerge el profesor con trazas del alumno estudioso que fue. Su felicidad no depende del fútbol, vive para disfrutarlo, eso lo transmite quitándoles trascendencia, semana tras semana, a los hechos.