La Vanguardia

Agitar, silbar y servir

- CASADO. ESPOT. Víctor-M. Amela

Acabo de leer Historias de la tele (Aguilar), de la periodista María Casado (La Mañana de La 1), el libro más completo que conozco sobre la historia de los 61 años de TVE, por el exhaustivo repaso a sus programas, los documentad­os detalles de su intrahisto­ria y el espolvoreo de suculentas anécdotas. Muy entretenid­o y profusamen­te ilustrado con fotografía­s del riquísimo archivo de TVE (y de pioneros con los que Casado ha contactado), el libro opera como magdalena proustiana: me ha evocado todas las edades de mi vida, coincident­e en el tiempo con la vida de TVE. He entendido que soy (también) lo que he visto: si metes en una coctelera a Locomotoro, los hermanos Mala Sombra, Jesús Hermida locutando en vivo la llegada del hombre a la Luna, Uri Geller, Kung-Fu, Joe Rígoli repitiendo “yo sigo”, Jiménez del Oso, Miguel de la Quadra-Salcedo, Félix Rodríguez de la Fuente, Arias Navarro moqueando “Franco ha muerto”, Amestoy, Balbín, Cela, Umbral, Dragó, y a Arrabal voceando que “el milenarism­o va a llegar”, lo agitas todo y.., salgo yo.

Acabo de enterarme de que en España está penado silbar a un himno en un estadio de fútbol. No lo sabía. Una sentencia judicial condena a una multa de 7.200 euros al ciudadano Santiago Espot por haber promovido (vía Facebook) aquella sonora pitada al himno español y al rey de España en el Camp Nou al comienzo de la final de la Copa del Rey del año 2015 entre el Barça y el Athletic de Bilbao, que todos vimos y oímos por televisión. “Todos los himnos están para ser pitados”, comenté en Arucitys (8tv), y ahora resulta que el juez José María Vázquez Honrubia ha abierto nuestro código Penal y ha encontrado tipificada como “delito contra la Constituci­ón” toda pitada contra el Rey (¿puedo inferir que es asimismo delictivo silbar a toda dignidad o institució­n constituci­onal? ¿Incluye eso a un conseller? ¿Un decreto? ¿Una póliza? ¿Los sellos postales?). Señor juez: deberíamos suprimir ese tipo penal o dejar de interpreta­rlo como usted, por el bien de la democracia española. Señor juez: los himnos existen para ser sentidos, y eso los expone al arrobo o a la ira, al aplauso y a la pitada por parte del personal sintiente. Un himno, si no es para ser sentido, no tiene sentido. Me da igual que el señor Espot aspire (desde su página de Facebook y su activismo) a la independen­cia de Catalunya (yo, no, ¿y qué?) o a la felicidad de su barrio: ¡la ley debiera siempre proteger su derecho a pitar, gritar, vocear, silbar, tararear, patalear, berrear o canturrear cuando y donde quiera a quien quiera, y más si se trata de un himno o de un símbolo! Todos los himnos y banderas y dignidades y reyes están para eso, también: para ser pitados cuando nos venga en gana, pues somos soberanos y es así como de verdad nos sirven, es así como nos mantienen unidos. O si no, no nos sirven. Penar el silbido a un símbolo es desafectar­nos del símbolo, alejarlo y disgregarn­os. Reflexione, señor juez: eleve una propuesta al legislativ­o y arregle el dislate, como servidor de mi comunidad que usted es. @amelanovel­a

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