“Es un regalo para todos”
Preguntaron a Ernesto Valverde si tenía la sensación de haberle dado una lección táctica a Zinedine Zidane. “No para nada, qué va”, respondió. “Cuando un equipo pierde, todos nos ponemos tremendistas, me lo puedo imaginar por experiencia, por la última vez que vine aquí”. La última vez que el Txingurri había pisado el Bernabeu salió escaldado bajo un baño de fútbol, perdió la Supercopa, y el barcelonismo se puso tremendista. Desde entonces encadena 25 partidos sin perder y ayer firmó la venganza y asestó un golpe casi definitivo a la Liga. Pero el técnico blaugrana no quiere verse, ni de lejos, campeón: “No estamos ni en mitad de la Liga, todavía quedan dos jornadas para acabar la primera vuelta”. Y volvió a recordar la experiencia de la Supercopa para demostrar que en el fútbol lo que hoy es blanco mañana puede ser negro. “En pretemporada ellos nos jugaron muy bien y fueron mejores que nosotros, ahora vemos que el fútbol da muchas vueltas y también puede dar la vuelta al revés. Ellos lucharán por conseguirlo, y nosotros, para evitarlo”.
Definitiva o no, la séptima victoria blaugrana en las últimas diez visitas de la Liga a Chamartín tiene el simbolismo de siempre. “Estoy contento”, concedió el técnico blaugrana, que no es muy proclive a exteriorizar sus sentimientos. “Es un partido especial, sabemos la connotaciones que tiene para nuestra afición, y en estas fechas la victoria es un regalo para todos”.
Un regalo que no llegó hasta el segundo tiempo. “Ellos en el comienzo han planteado una presión muy alta, han reforzado el centro del campo y en nuestra salida de juego nos igualaban casi hombre a hombre. No podíamos hacer el juego al que estamos acostumbrados”. El panorama cambió drásticamente en la segunda parte, cuando, según Valverde, su equipo consiguió superar la primera línea de presión en buena medida gracias a la fatiga de los rivales. “El paso del tiempo también se deja ver en los jugadores”, señaló en este sentido. “Al final hemos conseguido salir con más soltura, pero no creo que haya sido porque el Real Madrid nos dejara sino porque hemos sabido hacerlo mejor”.
De la misma manera que tras la Supercopa no perdió los papeles, ahora Valverde no se deja arrastrar por la euforia. A pesar del rutilante triunfo en el clásico insistió en un reproche hacia sus jugadores porque con el 0-2 y con superioridad numérica se retrasaron en exceso. “Ha sido un pequeño problema que hemos empezado a jugar en nuestro campo en lugar de atacar y ellos nos han creado más oportunidades con diez que con once”. Por lo demás, rotundos elogios del técnico a los debutantes en un clásico: Paulinho y Vermaelen.