La Vanguardia

Destrozos y una ráfaga mortal.

El vendaval arrancó árboles y semáforos, tiró motos, destrozó casetas en la Gran Via y provocó 500 salidas de los bomberos

- SARA SANS

Un hombre falleció ayer en Segur de Calafell al precipitar­se al vacío por culpa del viento mientras arreglaba una persiana; en Barcelona, el vendaval desbarató las casetas de juguetes de la Gran Via.

Estaba arreglando la persiana para evitar que el viento se la llevara por delante cuando una ráfaga le hizo perder a el equilibrio y se precipitó en el patio interior. Este vecino de Segur de Calafell de 56 años, falleció al caerse desde un tercer piso. Su muerte fue la consecuenc­ia más trágica de una jornada en la que el viento superó los 80 kilómetros por hora en muchos municipios catalanes. Árboles, semáforos y motos caídas fueron la postal del día en las ciudades. El viento provocó, hasta las seis de la tarde, más de 1.100 llamadas al teléfono de emergencia­s por desperfect­os e incidentes y más de 500 salidas de los bomberos, 276 sólo en Barcelona, donde el vendaval hizo saltar por los aires catorce casetas de la Gran Via. La feria estuvo cerrada hasta pasadas las seis de la tarde, cuando el viento amainó y pudo desactivar­se la alerta.

El récord se lo llevó La Riba (Alt Camp), donde las ráfagas alcanzaron los 126 kilómetros por hora. Hasta las dos de la tarde, el viento sopló con gran virulencia en Tarragona, lo que también afectó al servicio ferroviari­o. Los pasajeros de un Talgo que había salido de Barcelona en dirección a Murcia estuvieron dos horas esperando dentro del tren en la estación de Tarragona y finalmente tuvieron que continuar el trayecto en autocar. A las 13.20 horas, según informó Renfe, el viento dejó inoperativ­o el tramo entre Tarragona y Mont-roig y la afectación se limitó luego entre las estaciones de Salou y Mont-roig. Renfe organizó un servicio alternativ­o por carretera para los pasajeros.

Hasta el mediodía, el viento alcanzó los 102 kilómetros por hora en Vila-rodona, 96 en Font-rubí, 91 en Hostalets de Pierola, 90 en Tarragona y 85 en la zona de Calafell. En este municipio, el viento tuvo un papel decisivo en al accidente mortal en el que minutos antes de las once de la mañana perdió la vida el hombre que, arreglando la persiana de un tercer piso, perdió el equilibrio y se precipitó al suelo. Hasta el lugar se desplazaro­n tres unidades del Sistema d’Emergèncie­s Mèdiques y pese a los intentos de reanimació­n, nada pudo hacerse para salvarle la vida.

Según informó el Servei Meteorològ­ic de Catalunya, en Barcelona, el viento alcanzó los 76 kilómetros por hora. Sólo en la ciudad, los bomberos realizaron 276 salidas para atender y resolver incidencia­s, desde la caída de árboles y ramas en medio de la calle, hasta pérgolas en las aceras, cristales rotos, contenedor­es en medio de la calzada o hileras enteras de motos volcadas. Sin embargo, la actuación más sonada fue en la Gran Via. En el tramo entre Villarroel y Urgell, minutos antes de las once de la mañana una ráfaga

El paso de trenes quedó cortado entre Salou y Tarragona, donde un Talgo quedó atrapado dos horas

de viento levantó el techo de una de las casetas de la Fira de Sant Tomàs i Reis y, acto seguido, saltaron por los aires los techos de hasta 14 casetas más del total de 200 que hay instaladas.

Los puestos y los juguetes volaron literalmen­te por la acera y la calzada, que durante unas horas tuvo que cortarse al tráfico. Más allá del susto y pese la aparatosid­ad del incidente, afortunada­mente no hubo que lamentar ningún daño personal grave. En un primer momento se intentaron reconstrui­r los puestos e instalar las mesas de nuevo, pero otra ráfaga destrozó el invento. La estructura del resto de las casetas se aseguró con sacos de arena y cuerdas pero la feria permaneció cerrada hasta que a las 18.15 horas el Ayuntamien­to desactivó el Pla Bàsic d’Emergència Municipal.

El teléfono de emergencia­s registró hasta las seis de la tarde 1.104 llamadas y los bomberos de la Generalita­t realizaron, entre las diez y las doce de la mañana, 186 salidas (90 en la zona de Tarragona, 89 en la zona metropolit­ana, 3 en las Terres de l’Ebre y una en Girona). En Tarragona ciudad, con ráfagas que superaron los 90 kilómetros por hora, la Guardia Urbana también realizó decenas de servicios.

El viento arrancó dos semáforos, uno en la rambla Vella y otro en la avenida Roma, que a su vez, hizo caer una veintena de motos. También cayeron una quincena de árboles en distintos puntos de la ciudad, un par de ellos en plena rambla Nova, aunque nadie resultó herido. Tampoco cuando se desprendie­ron varias persianas en la calle Gasòmetre, o trozos de tejado en las Gavarres, en la avenida Catalunya o en la calle Sant Llorenç, en el casco antiguo. Además tuvo que cortarse el acceso a la antigua carretera de Salou, porque un árbol de grandes dimensione­s amenazaba con caerse. En Reus la Guardia Urbana realizó una veintena de salidas, una de ellas en la plaza Prim, en pleno centro comercial, donde se desprendió un cartel publicitar­io.

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XAVIER CERVERA
 ?? XAVIER CERVERA ?? La Fira de Reis,cerrada. El viento arrasó catorce puestos de la feria navideña, instalada en la Gran Via. La calle estuvo cortada durante unas horas. Las casetas permanecie­ron cerradas durante casi todo el día.
XAVIER CERVERA La Fira de Reis,cerrada. El viento arrasó catorce puestos de la feria navideña, instalada en la Gran Via. La calle estuvo cortada durante unas horas. Las casetas permanecie­ron cerradas durante casi todo el día.
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MANUEL OUTUMURO

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