Amargar la victoria
Comienza la batalla ante las próximas elecciones locales, autonómicas y estatales entre PP, PSOE y Ciudadanos
Sirve para algo ganar las elecciones en Catalunya? En cualquier país, incluida España, la pregunta sería absurda: sirve para intentar formar gobierno o rendirse ante la formación de otra mayoría parlamentaria. En Catalunya es distinto, como casi todo. No sirve para formar gobierno, porque la mayoría distinta “viene de fábrica” y la destacó la prensa internacional: el independentismo mantiene su supremacía en el Parlament. Sus partidos pueden andar a la greña por un quítame allá un president, pero sus discrepancias no permitirán un gobierno españolista. La coalición que queda en medio, Catalunya en Comú Podem, no es independentista, pero los diputados y diputadas de Ada Colau y Pablo Iglesias no apoyarán a nadie de un partido que ambos líderes consideran a la derecha del PP.
En parecida situación se encontró Rajoy en enero del 2015: había ganado las elecciones, pero no tenía apoyos y declinó el primer encargo del Rey de formar gobierno. ¿Por qué, entonces, presiona ahora a Ciutadans para que lo intente en Catalunya? “Lo de Rajoy fue distinto”, me explican desde la Moncloa. “Rajoy habló con todos al día siguiente y ejerció de vencedor. Ahora el vencedor de las elecciones catalanas desapareció del mapa y dejó todo el espacio al independentismo”. Y el socialista José Luis Ábalos: “Ahora (Ciutadans) tiene que demostrar que ganar elecciones sirve para algo”.
¿Qué es exactamente lo que PSOE y PP reclaman de Inés Arrimadas? Es ingenuo pensar que, huérfanos y desvalidos, tengan la noble aspiración de ponerse bajo el manto de su liderazgo, con este ruego: “Toma tú las riendas, Inés, que sin ti no somos nada y estamos peor que antes del 155”. Es de temer otra intención menos confesable: comenzar la batalla ante las próximas elecciones locales, autonómicas y estatales. Como Rivera ha robado votos de ambos y puede volverlos a robar, se trataría de demostrar que a Ciutadans no se le puede votar porque tiene “miedo escénico a gobernar”, expresión de Martínez-Maillo. La política es así de cruel.
Más allá de esas supuestas intenciones, la realidad es tozuda. 1) Arrimadas debe tomar más protagonismo, pero sin la veleidad de querer formar gobierno. 2) De nada le serviría intentarlo si antes no se ha roto el bloque soberanista, porque en Catalunya no existe el pacto transversal. 3) La carrera de obstáculos empieza en la existencia de ese bloque y sigue por seducir a En Comú Podem. 4) Si superase esos obstáculos, sería presidenta para ser derribada en la primera moción de censura. 5) Quizá falte lo peor: ver a Ciutadans marginado en las instituciones, como lo ha sido hasta ahora. Y ahí quiero encontrar al PSOE y al PP: a ver si dicen que la marginación es fruto de miedo escénico, que el independentismo no deja espacio al disidente, o que al bloque constitucional no le dejan tocar una pizca de poder. ¿Será culpable Arrimadas? Por supuesto: está en el guion electoral.