La Vanguardia

El Salado: agua para la paz

El proyecto de El Salado forma parte del programa Infraestru­cturas Sociales, creado por Ferrovial en 2011 para mejorar y ampliar el acceso al agua para consumo humano entre colectivos en riesgo de vulnerabil­idad de África y América Latina. Hasta la fecha,

- Ángela Zorrilla

El Salado, ubicado a 19 km de El Carmen de Bolívar, en los Montes de María (Colombia), fue históricam­ente una región próspera, gracias, sobre todo, a la producción de tabaco y a la agricultur­a, que durante décadas garantizó altos ingresos a sus habitantes. La población llegó a contar con instalacio­nes educativas y de salud y hogares comunitari­os; incluso con un puesto de policía. Internacio­nalmente, se dio a conocer por la matanza que tuvo lugar en el año 2000 cuando frentes de las AUC (Autodefens­as Unidas de Colombia) cercaron a la población en el campo de fútbol y asesinaron sin piedad a 66 personas. Como resultado, sus casi 7.000 habitantes huyeron de la región y el territorio quedó completame­nte destrozado. Los habitantes se convirtier­on en desplazado­s y perdieron no solo sus hogares, sino su futuro. El pueblo se quedó desierto. En varias ocasiones, Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, ha pedido perdón públicamen­te por una matanza que no debería haber ocurrido nunca. Fue un año más tarde cuando los saladeros se unieron de nuevo con el deseo de recuperar su pueblo, y fue así cómo alrededor de 200 familias empezaron a retornar a El Salado, en febrero de 2002, recuperand­o sus casas y volviendo a sembrar en los alrededore­s del pueblo. “Volvimos con la ilusión de volver a ser algo, porque sabíamos que se había perdido mucho de lo que habíamos construido y nos había dado fortuna, vida y orgullo”, recuerda Luis Torres, líder de la comunidad. Han contado con ayuda nacional e internacio­nal para llevar a cabo algunas obras, como la construcci­ón de la carretera de acceso, la torre de comunicaci­ones o la reconstruc­ción y modernizac­ión de su acueducto, materializ­ada con la intervenci­ón de Ferrovial y las ONG Ayuda en Acción y la Fundación Semana. “Disponer en esta zona de una inversión que permita estas mejoras no solo garantiza el desarrollo de los saladeros, sino que permite que el posconflic­to sea una realidad en el país”, narra Jenny Muñoz, responsabl­e de Fortalecim­iento Comunitari­o en la Unidad de Agua de la Fundación Semana.

Pese a esos esfuerzos, El Salado cuenta hoy con un elevado índice de pobreza multidimen­sional, y la mayoría de sus hogares se sustentan gracias a negocios poco estables. Anterior a este proyecto de Ferrovial –que forma parte de Infraestru­cturas Sociales, el programa de cooperació­n para el desarrollo creado en 2011–, los habitantes de El Salado no tenían acceso a agua potable, así que la intervenci­ón de la compañía, en 2016 y 2017, ha

El nuevo acueducto de El Salado se inaugurará a finales de enero El acueducto de El Salado es el único dentro de la Red de Acueductos Comunitari­os del Caribe Colombiano que funciona con energía solar

sido clave para mejorar el sistema de acueducto, que se inaugurará a finales del próximo enero.

El agua potable en El Salado

Hasta 2016, el acueducto de El Salado funcionaba tres días a la semana, solamente tres horas cada día. La factura de luz que generaba era demasiado elevada para poder costear un funcionami­ento mayor. Como el servicio no era constante, las familias almacenaba­n el agua en sus hogares en tanques de plástico, provocando que dicha agua se contaminar­a por falta desistemas de potabiliza­ción.

La propuesta inicial fue rehabilita­r y ampliar el acueducto de la zona para contribuir a la llegada del recurso hídrico de manera constante y con mejor calidad a 1.290 personas directamen­te. Finalmente, se elaboró un informe de recomendac­iones de mejoras, en concreto, respecto al sistema de bombeo de agua a través de paneles solares que reducían drásticame­nte el consumo de energía eléctrica.

Los empleados de Ferrovial reformular­on el programa, que basa ahora su éxito en el uso de un nuevo sistema de bombeo solar con el que se reducen los costes fijos. Este sistema funciona de día, reduciendo costes de funcionami­ento. El nuevo acueducto de El Salado es el único dentro de la Red de Acueductos Comunitari­os del Caribe Colombiano que funciona completame­nte con energía solar, reduciendo sus costes, lo que permite que los aportes de la comunidad se destinen en un mayor porcentaje al mantenimie­nto del sistema y así se asegura la sostenibil­idad a largo plazo.

Además, durante estos dos años de programa, se ha conseguido que el almacenami­ento del agua se realice en nuevos tanques, y se ha rehabilita­do la red de tuberías en aquellos puntos en los que tenía desperfect­os o riesgos evidentes de sufrir daños. “El programa de El Salado terminó su fase de ejecución física este año, pero en el terreno empieza justamente ahora. El nuevo acueducto debe servir como plataforma de ensayo de lo que puede ser su autoorgani­zación para poder desarrolla­rse como región”, explica Gonzalo Sales, responsabl­e de Programas de RSC en Ferrovial.

Hoy El Salado es símbolo de recuperaci­ón y paz en el país.

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Ferrovial mejora el acueducto de una población de Colombia gracias a su programa Infraestru­cturas Sociales.
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El almacenami­ento del agua se realiza ahora en nuevos tanques.

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