Roy Moore
POLÍTICO REPUBLICANO DE EE.UU.
Moore se creía tan seguro de ganar las elecciones al Senado por Alabama que aún no ha asumido su derrota. La denuncia de fraude, para satisfacer a su base ultraconservadora, no impedirá que el demócrata Jones ocupe el escaño.
Tan seguro estaba Roy Moore de que tenía la victoria en la mano que todavía no ha aceptado la derrota. El candidato republicano al Senado por Alabama ha presentado una demanda para impedir que el demócrata Doug Jones ocupe un escaño en la Cámara Alta del Congreso. Sin embargo, esta estrategia, decidida ayer, justo antes de que expirara el plazo para poder protestar el resultado, no va a servirle de mucho. Las autoridades de Alabama no han apreciado ninguna irregularidad y hoy certificarán el triunfo de Jones, que jurará el cargo el próximo día 3 en Washington ante el vicepresidente Mike Pence.
La intención de Roy Moore, por tanto, es mantener satisfecha a su base electoral, formada por ultraconservadores convencidos de que los demócratas hicieron trampas para arrebatarles un escaño en el Senado que creían tener en propiedad.
Alabama es uno de los estados más sólidos en el bando republicano pero aun así, el pasado día 12, el demócrata Jones se llevó el triunfo por 20.000 votos. Más de 1,3 millones de personas fueron a las urnas para cubrir la vacante que había dejado Jeff Sessions cuando el presidente Donald Trump lo puso al frente del departamento de Justicia.
Trump se volcó con Moore, que lideraba los sondeos a un mes de las elecciones. Pero entonces The Washington Post publicó que el candidato republicano había abusado de cuatro mujeres que eran menores de edad. Una apenas tenía 14 años. Sucedió en los años setenta y ochenta, cuando Moore era un treintañero. Tan pronto como el Post publicó el testimonio de las cuatro, el candidato empezó a perder terreno y ya no lo recuperó.
La demanda indica que los demócratas movilizaron a electores negros de otros estados, a los que trasladaron en autobús a una veintena de colegios en el condado de Jackson. Aunque no hay pruebas de que esto sucediera, los partidarios de Moore han extendido su verdad por las redes sociales, exigiendo una investigación del fraude y unas nuevas elecciones.
La victoria de Jones es un serio aviso para los republicanos de cara a las elecciones legislativas que se celebrarán en noviembre del 2018. Primero porque han perdido un escaño en uno de sus estados más sólidos, segundo porque el apoyo de Trump no ha sido suficiente y tercero porque los abusos sexuales que hace un año no afectaron a la candidatura del presidente, ahora pasan factura.
Los republicanos mantienen la mayoría en el Senado por un solo escaño (tienen 51 de 100) y nada garantiza que vayan a poder mantenerla el año próximo.
Roy Moore hizo campaña con los valores emblemáticos de la derecha más conservadora: oposición al aborto y al matrimonio entre homosexuales, defensa a ultranza de las armas –apareció en un mitin con una pistola– y condena de los musulmanes, a los que vetaría de la administración y la política. Moore tiene el apoyo de los evangelistas, la nueva fuerza política de la ultraderecha, y ha llegado a decir que los atentados del 11 de septiembre del 2001 que causaron tres mil muertos en Nueva York y Washington se debieron a un deterioro de los valores cristianos.
Su imagen entre los suyos es tan impoluta que hasta un pastor ha defendido que cortejara a chicas adolescentes porque “son lo más puro”.
Las autoridades no aprecian irregularidades y el demócrata Jones irá al Senado