El PSOE da por ganada la batalla con Podemos
Pese a las críticas a Rajoy, Ábalos descarta pedir elecciones
“Un año muy intenso”, definió José Luis Ábalos este 2017 del que ya se despidió ayer la dirección del PSOE. El propio secretario de organización de Ferraz aseguró que casi ni se reconoce en las fotos de principios de curso, cuando se reunía con otros cuadros y diputados del partido caídos en desgracia para impulsar la candidatura del entonces defenestrado Pedro Sánchez. “No parece que haya pasado un año, sino una década”, bromeó.
Sánchez, contra todo pronóstico, recuperó en mayo el liderazgo del PSOE, con “un impulso de transformación tremendo desde sus entrañas”. Y dio por superada “la amenaza de sorpasso” de Podemos. “Está claro que somos la fuerza que representa a la izquierda, y la única alternativa a la derecha”, se felicitó ayer Ábalos.
De nuevo a los mandos de Ferraz, y mientras sus críticos le acusaban de “podemizar” al PSOE, Sánchez calificó en septiembre de “socio preferente” al partido morado. E impulsó una mesa de coordinación “permanente” en el Congreso con la formación de Pablo Iglesias. Pero la aceleración de los acontecimientos en Catalunya se cruzó en el camino, y la posición de Podemos ante esta crisis –con su apuesta por el derecho de autodeterminación–, abrió una brecha tan grande entre ambos partidos que Ábalos ya dio ayer por liquidada toda relación “preferente”. “No tenemos ninguna sociedad, sino más bien algún problema con Podemos. En Barcelona nos expulsaron del gobierno municipal”, subrayó. Pese a la sintonía que pudiera haber en una agenda social común, la posición de Iglesias en el debate territorial es inasumible para el PSOE. Y es una posición estructural, ya que afecta al modelo de Estado, por lo que condiciona a toda la agenda política. Así pues, según Ábalos, podrá haber acuerdos puntuales en cuestiones concretas, pero el PSOE no se plantea “ninguna alianza o sociedad” estratégica con Podemos. Todo lo más, aunque esto no lo dijo, en Ferraz acarician la idea de que Podemos les sirva como muleta para poder desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa. Aunque no de inmediato. “No podemos pedir un adelanto electoral en medio de esta crisis”, advirtió Ábalos en alusión a la aún incierta situación de Catalunya.
La ruptura en el Ayuntamiento de Barcelona, entre las facturas pendientes de Sánchez con Iglesias
El PSOE se ve definitivamente como vencedor del pulso en la izquierda frente a Podemos. Y ahora azuza la pugna en la derecha entre el PP y Ciudadanos, disparada tras las elecciones catalanas. Así, Ábalos criticó que el Gobierno “recela de sus propios socios, a los que se refiere con desdén y desprecio”, mientras Ciudadanos no ha logrado imponer ninguna de las medidas que pactó con Rajoy para su investidura: “Ni transparencia, ni regeneración, ni lucha contra la corrupción”. Ábalos hizo, en fin, un balance “muy crítico” no sólo de éste, sino de los últimos seis años de gestión de Rajoy al frente del Gobierno de España, con una “doble fractura”, social y territorial. Hasta el punto de que el PSOE despidió el año con un nuevo lema: “Rajoy es fracaso”.