Jordi Barri
DIR. GRAL. GRUPO TERESA CARLES
La familia Barri abrió en Lleida el restaurante El Paradís, uno de los primeros vegetarianos de Catalunya en los años 70. Ahora, Jordi Barri triunfa con las propuestas sanas de sus restaurantes y da el salto a la distribución.
En su gira por tierras anglosajonas, cautivadas por el rock de aquellos setenta, Ramon Barri tuvo una revelación. La alimentación no podía andar en otro sentido que no fuera el vegetarianismo. No tanto por la huella ambiental del consumo de carne (que también) sino por algo más espiritual: la conciencia de compartir el mismo mundo con animales. Inspirado por la restauración vegetariana del Reino Unido y Estados Unidos, Barri volvió a sus tierras de Ponent con la determinación de divulgar su verdad: propuso a su pareja, Teresa Carles, abrir uno de los primeros vegetarianos de España en Lleida. Eran jóvenes, él tenía 26 y ella 21, pero el convencimiento de uno, y la curiosidad de otra, llevaron a emprender juntos esta aventura, a la par autodidacta y revolucionaria.
“Era el 1979 y en Lleida apenas había cultura vegetariana. El Paradís abrió con una propuesta estricta: sin platos de procedencia animal ni alcohol. Era demasiado. El local tuvo que flexibilizar su apuesta para ganar adeptos y con los años, creó un modelo que exportó a otros vegetarianos de Catalunya y Aragón”, cuenta su hijo Jordi
Barri que por aquel entonces empezaba a gatear.
Más tarde, cuando él llegó a la mayoría de edad, se marchó a Barcelona, a estudiar
ADE en la UPF. Cuando se lo preguntaban siempre respondía lo mismo: él quería dedicarse a los “restas” (así es como llama a los restaurantes). Aunque no sin antes conocer otros sectores. Empezó por la consultoría (KPMG, 2001-2004) y luego saltó al marketing alimentario (2004-2007, United Biscuits), el mundo “startupero” (Poksmedia, 2007-2008) y la comunicación digital (Fresh Think, 2009-2010).
Barri tuvo bastante con esta vuelta por el mundo laboral, en la que recuerda cómo renunció a buenos sueldos para coger experiencia. Al fin y al cabo, lo tenía claro: quería llevar el negocio de sus padres a Barcelona sin tropezarse por el camino. Y ello pasaba, todavía hoy, por integrar la elaboración del producto en la estructura de la empresa. “Solo así podemos ofrecer lo mejor. Seguramente, esta obsesión por conocer el alimento viene de las raíces agricultoras de la familia, nacida en Algerri, una tierra rica en cereales, hortalizas y aceites”. Así, los Barri arriesgaron con la inversión de una planta de producción en Bellcaire d’Urgell, donde empezaron a producir pastas, salsas y repostería.
El restaurante Teresa Carles nació en 2011 con el engranaje en marcha y en pleno centro de Barcelona. La apuesta era parecida al Paradís: vegetariana, saludable, artesanal... Pero la familia aún esperaba su joya de la corona, que aparecería tres años más tarde muy cerca de aquel restaurante, en la concurrida calle Tallers. El nuevo
Teresa Carles Holding Primer restaurante vegetariano: 1979 Facturación: 12 millones Plantilla: 220 trabajadores Negocio: 6 restaurantes (5 en Barcelona, 1 en Lleida) y tienda online
local, llamado Flax and Kale era un espacio ideado por Jordi Barri, que tras haber viajado por el mundo y haberse autoformado en las últimas tendencias de alimentación saludable, basó su apuesta en la comida flexitariana, los superfoods y cold press juices. “Invertimos 1,5 millones de euros y en poco tiempo, el local se convirtió en referencia culinaria para runners, turistas, foodies y jóvenes ansiosos por tomar un brunch saludable”. Luego vino el Teresa’s Juicery en el Born, para tomar zumos y hamburguesas, la tienda online de zumos y el acuerdo con la firma de moda H&M, que este año ha abierto un Flax and Kale à Porter dentro su tienda insignia en Barcelona, una iniciativa que a Jordi le gustaría replicar.
A los años de crecimiento sin freno, aún cabe añadir su última apuesta: el Flax and Kale Passage, otro restaurante propio que, tras una inversión superior al millón de euros, acaba de abrir sus puertas en los bajos del hotel Yurbban, en la zona de Sant Pere del Born. Su apuesta vuelve a ser verde y transgresora: cocina asiática, tes fermentados, pizzas artesanales sin gluten... Como siempre, Teresa sigue supervisando la cocina y Jordi dirige la estrategia de negocio. Ramon sigue en Lleida y la hermana, Mar, es directora del departamento de I+D. Un equilibrio familiar que ha llevado el negocio a facturar 12 millones a cierre del 2017 y a superar una plantilla de 200 trabajadores.
Pero todo esto no es suficiente. Entre viajes y salidas en bici por la montaña, Barri tiene entre manos el próximo salto del negocio: ampliar la producción en Lleida no solo para abastecer a los restaurantes sino para vender sus productos a supermercados, tiendas gourmet y en línea. Para ello, la empresa ha invertido 7 millones en la nueva planta, que se trasladará de Bellcaire a Bell-lloc y se pondrá en marcha en el 2018.
Jordi Barri no da tregua al crecimiento, aunque reconoce que la apertura de nuevos locales propios (en Madrid y otras capitales europeas) tardará al menos un par de años. Quiere hacerlo de forma controlada, conociendo al detalle el producto, el local, el público y las tendencias en alimentación verde que llegan para quedarse, como la que un día vio su padre de gira con su grupo de rock.
La familia, que abrió uno de los primeros vegetarianos del país, elaborará productos para vender al súper