Preocupados por España
Los resultados de las elecciones del 21-D “han sido malos para España”. La presidenta andaluza, Susana Díaz, ha repetido en varias ocasiones esta valoración general, en la que se incluye también su percepción acerca del balance logrado por el PSC de “Miquel Iceta y de Pedro Sánchez”. Unos resultados que los socialistas andaluces consideran fruto de un error de bulto de su secretario general, que “se abandonó en brazos de Iceta y ahí están los escasos, muy escasos, frutos cosechados. Una recuperación pírrica”, señalan.
Una Susana Díaz arrinconada durante la campaña electoral, en la que no quisieron contar con ella pese a que en Catalunya todavía viven un millón de andaluces, puede permitirse opinar desde fuera acerca de lo sucedido. “Espero que los elegidos no vuelvan por el camino que sólo conduce al precipicio, a enfrentar familias, a enfrentar ciudadanos y a enfrentar a los catalanes”, señala la presidenta andaluza, quien pone el acento en la cantidad de empresas que han abandonado Catalunya a consecuencia de la “incertidumbre, inestabilidad e inseguridad” crea-
da por los independentistas.
“Lo de Tabarnia es una broma, pero una broma que pone a los independentistas y separatistas ante su propio espejo”, asegura Díaz antes de avisar a los dirigentes soberanistas para que “no vuelvan a saltarse el Estado de Derecho, a saltarse las normas y llevar a Catalunya a un precipicio que los ciudadanos no desean. Los políticos tomamos decisiones, y antes de hacerlo tenemos que calibrar las consecuencias que tienen en el ámbito económico y social”, advierte.
Aunque no ha surgido ninguna crítica pública entre los socialistas más cercanos a Susana Díaz a las decisiones de Sánchez e Iceta, muchos de ellos consideran que lo sucedido refuerza el discurso de Díaz. “No se puede estar todo el tiempo mirando a Catalunya y poniéndose al servicio de Iceta”, lamentan en la sede socialista de la calle San Vicente. Díaz y sus fieles creen que ha llegado el momento para que el PSOE cambie de rumbo, abandone definitivamente la idea de la plurinacionalidad y vuelva a preocuparse por España, por todos sus territorios y por la igualdad de todos los españoles, vivan donde vivan.
Un discurso que ella abandera como nadie. Susana Díaz está plenamente recuperada de la depresión política que supuso su contundente derrota en las primarias socialistas. Durante un tiempo buscó lamerse las heridas en Andalucía y se aferró a su gestión “social” al frente de un gobierno que cambió en gran medida para hacerlo aún más afín a sus intereses. Ahora observa cómo, a base de los errores de sus adversarios en el partido, vuelve a tener cierta presencia en el discurso nacional. Tocada, pero no hundida. Una carrera política que se plantea a largo plazo y en la que si de lo que se trata es de sobrevivir, eso Díaz lo sabe hacer mejor que nadie.
Pese a que 2017 ha sido un año
Susana Díaz ha aprovechado los malos resultados del PSC para afear a Sánchez su estrategia
difícil para Díaz, el futuro no parece tan negro como podía esperarse. Según aseguran algunos medios, los socialistas manejan encuestas y datos internos en los que la presidenta andaluza “aguantaría bastante bien el tirón” en caso de que hoy se celebraran elecciones autonómicas. Con Ciudadanos al alza, pero sin terminar de romper en Andalucía, el estancamiento de Podemos e IU y, sobre todo, un presunto hundimiento del PP, dibujan unas perspectivas bastante aceptables para Díaz en términos de resultados electorales. Las campanas de un adelanto ya han empezado a tocar, aunque ella niega la mayor. Exactamente igual que hace tres años, cuando pilló a todos sus rivales con el pie cambiado.