Feijóo, el otro beneficiado del 21-D
Además de Albert Rivera, principal beneficiado fuera de Catalunya del 21-D, hay otro político de igual nombre, pero en castellano, al que el resultado catalán le ha favorecido: el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien, sin moverse, se ha revalorizado como la principal alternativa interna de futuro tras el descalabro del PP catalán. El castañazo dejó muy tocada a quien era su principal rival en la carrera subterránea por una hipotética sucesión de Rajoy, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría. De momento, Feijóo ha comenzado a enseñar la cabeza, pidiendo autocrítica y elogiando a la candidata de C’s, Inés Arrimadas.
A diferencia de lo que sucedía hace dos años, cuando se aproximaban las elecciones gallegas, el PP sí se podría permitir ahora sacar a Feijóo de Galicia, en el caso de que decidiese reforzar el Gobierno o el partido y siempre y cuando el barón gallego considere que llegó el momento de hacer efectivo su gran sueño, el salto a la primera línea de la política española.
“A Alberto en Madrid no lo quieren ver ni en pintura”, comentaba hace unas semanas en un corro de cuadros del partido un antiguo alto dirigente. Tras la mayoría absoluta de las autonómicas del año pasado, la única de la España autonómica y que funcionó como el pórtico para el desbloqueo de la investidura de Mariano Rajoy, en el PP gallego predomina el sentimiento de que su líder no ha recibido el trato que merecía, aunque de ello no se suele culpar al presidente del Gobierno, sino a sus colaboradores.
Ese agravio se interpretaba en las filas populares gallegas no tanto como una falta de gratitud, sino como el reflejo del miedo de los actuales responsables del aparato central de la madrileña calle Génova de quedar fuera de juego. El contraste entre el valor que tuvo la victoria de Feijóo en Galicia en el 2016, con una campaña que ocultaba las siglas del PP, y el trato que le dispensaban sus compañeros en Madrid se puso de manifiesto en el congreso nacional de febrero en el que el rol del presidente gallego fue similar al de otros líderes autonómicos.
“Feijóo o el que venga”, afirma el exministro Eduardo Zaplana en una conversación con el expresidente madrileño Ignacio González, grabada dentro de la operación Lezo. Zaplana explicaba que el deseo del exlíder del PP José María Aznar es que caiga Mariano Rajoy y que apoyará a quien le sustituya. “Si es Feijóo, pues Feijóo”, concluye en el audio que se difundió en noviembre. Antes, en julio, en una entrevista con Europa Press el presidente de la Xunta lanzó el recado de que él seguía a la espera de un posible salto a la política española, después de un largo período de no enseñar demasiado la cabeza en Madrid no fuese a ser que acabase trasquilado como le ocurrió en el 2013 con la publicación de sus viejas fotos en compañía del narco Marcial Dorado.
“Cualquier aspiración que tuviere, hoy, pues hombre, me siento igual o más legitimado de lo que me sentía hace dos años”, declaró Feijóo en julio, frase que se debe poner en relación con sus repetidas afirmaciones de que su actual tercer mandato en Galicia será el último, mientras suele insistir en lo que le ha cambiado la vida desde que en febrero nació su primer hijo. No obstante, en el pasado había dicho que con dos períodos era suficiente. Tras su segunda victoria, en el 2012, Feijóo resolvió su sucesión en la Xunta, por lo menos en primera instancia, al nombrar vicepresidente al que era su número dos en el partido, Alfonso Rueda.
El descalabro popular en Catalunya revaloriza al presidente gallego en el PP como alternativa futura