Belén Gopegui
ESCRITORA Belén Gopegui reflexiona en su nueva novela,
Quédate este día y esta noche conmigo, sobre las nuevas formas de control social y las consecuencias de la irrupción de las nuevas tecnologías en nuestras vidas.
Recibes el ingreso de tu paga extra y tecleas en Google cruceros verano Caribe , y los 1.410.000 resultados generados en 0,64 segundos te embargan en una profunda tristeza. Meses después te dices: quizás halle una oferta de last minute, quizás alguien falleció o falleció su padre y no puede irse y… A tu mujer le encantaría, seguro que te lo agradecería cada noche en el camarote, seguro que… Cruzas los dedos y repites San Juan, Santo Domingo, Jamaica… Pero los nuevos resultados son aún más decepcionantes.
Y cuatro meses después, tras recuperar fuerzas en un camping muy familiar, estás actualizando tu perfil de Facebook, publicando un viejo recuerdo de hace seis años que, te dices, seguro que consigue un montón de likes, quizás… Entonces aparece ante tus ojos el anuncio la mar de seductor de un crucero de otoño por el Mediterráneo muy asequible, tremendamente económico, al alcance de tu cuenta bancaria, con bebidas no alcohólicas incluidas.
El Mediterráneo no es el Caribe, y mucho menos en otoño, pero… No te puedes resistir, sólo has de introducir los datos de tu tarjeta de crédito y…
Google conoce lo más profundo de tus sueños, es consciente de cada una de tus frustraciones, incluso sabe a lo que estás dispuesto a cambio de una felación. ¿Fecha de caducidad?
De esto va Quédate este día y esta noche conmigo (Literatura Random House), el último libro de Belén Gopegui, una reflexión novelada sobre algunas de las consecuencias de la irrupción de las nuevas tecnologías, sobre la cuantificación de nuestras existencias, sobre la elaboración de parámetros y ecuaciones que predicen nuestras vidas.
Que permiten predecirlas o encauzarlas… ¿Acaso probabilidad es libertad? ¿Google es capaz de prever tus deseos? ¿Nuestras búsquedas reflejan todos nuestros anhelos? ¿Querías de verdad irte de vacaciones a Túnez en otoño?
Sí, bueno, dice tu mujer… “estas escalas son una sucesión de escenarios de atentados terroristas”. “Ya –repondes tú–, pero, ¿qué posibilidad hay de que haya nuevos atentados en los mismos sitios? ¡Esos lugares son ahora los más seguros! No podemos dejar escapar esta oportunidad”.
No está tan claro que tu mujer te lo vaya a agradecer cada noche con la pasión que te imaginaste pero… Pero no puedes dejar de aprovechar esta oportunidad que te brinda Google en forma de milagrosa cookie. Incluso te sientes más listo y espabilado de lo normal. Al menos un rato. Te vas a ir de crucero. Quizás no sean las fechas ni la ruta que tú… Pero… “Dice el historiador Yuval Noah Harari –teclea Gopegui desde su ordenador, explica vía e-mail–: ‘cuando accidentes aleatorios se combinan con procesos deterministas, tenemos resultados probabilistas, pero esto no equivale a libertad’; estoy bastante de acuerdo con esta afirmación, y con Einstein cuando, citando a Schopenhauer, afirma: ‘puedo acaso hacer lo que quiero, pero no querer lo que quiero’. Esta idea tendría que ser una fuente de piedad y de consuelo, y podría ayudar a que nos tomásemos menos en serio. Al mismo tiempo, el sentido de la libertad es tan constitutivo de los seres humanos como el lenguaje o la consciencia. Y con este sentido debemos vivir y no dejar de luchar contra aquello que produzca sufrimiento”.
“Conozco –prosigue la escritora– a muchas personas conscientes de los límites, que no piensan que la solución esté en monetarizar y consumir sino en transformar los modelos de crianza, de trabajo, de vida. Habrá más conflictos, porque los límites del planeta ya no pueden esconderse, pero confío, y deberíamos darles todo nuestro apoyo, en esas personas que sin pretender prevalecer sobre otras ensayan formas de rehacer el mundo”.
Google también ensaya formas de rehacer el mundo.
Uno se acuerda de Proteus, de aquel malvado ordenador súper inteligente que se cuela en la casa domótica de su creador y viola a su mujer para tener un hijo y… pero ríanse ustedes de Proteus, de Skynet, de The Matrix, de Madre y de todos esos míticos bastardos.
Google asusta más, mucho más, ¿cuántas veces te buscaste en Google la última semana?
Y olvídense también de Mateo y de Olga y de todo lo que les pasa en Quédate este día y esta noche conmigo. La trama es una excusa. “Porque son tiempos precipitados y confusos imaginé una historia donde poder quedarse un rato, sin apremios, en calma –continúa tecleando Gopegui–. Para leer de prisa ya tenemos las pantallas y los saltos de un vínculo a otro sin pensar. No digo que esté mal navegar sin rumbo, sino que, a veces, suele ser cuando anochece, surge el deseo de charlar sin prisa con una persona sin pensar en mañana”.