El mirador de Miró
Luz verde a la reurbanización como plaza y lugar de observación del espacio que rodea la gran escultura
Uno de los iconos de la Barcelona de la restauración democrática, la fálica escultura Dona i Ocell de Joan Miró, plantada en 1983 en el espacio donde hasta 1979 funcionó el matadero municipal (que ocupaba cuatro manzanas del Eixample), estrenará en el 2019 una nueva casa, o mejor dicho, un entorno reformado y que permitirá a los visitantes del parque dedicado al ilustre artista contemplar en las mejores condiciones la escultura que el pintor y escultor legó a su ciudad en este rincón de la ciudad.
El gobierno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado definitivamente el proyecto de la nueva plaza que se creará en el parque, en torno al monumento de Miró, cuando finalicen las obras de construcción del nuevo parque subterráneo de limpieza.
La plaza, a la que se destinará un presupuesto de casi 3,7 millones de euros, tomará forma con las obras que está previsto que comiencen el próximo marzo y que tendrán una duración total de 14 meses.
El proyecto aprobado por la comisión de gobierno del Ayuntamiento prevé intervenir sobre una superficie de 11.400 metros cuadrados del parque, frente a la calle Tarragona y en el encuentro de esta con las calles Aragó y Diputació. El objetivo, según informa el Ayuntamiento, es convertir el espacio reurbanizado en una moderna “ágora o espacio de reuniones cívicas” alrededor de la escultura de Joan Miró, con áreas de descanso sobre la hierba y puntos de contemplación de la imagen rodeada de agua. La plaza contará también con una fuente seca y una pérgola para realizar a su sombra diversas actividades. Sobre la pérgola se instalarán las placas fotovoltaicas que aportarán energía al parque de limpieza.
El acceso desde la calle Aragó se hará a través de una inclinación desde el asfalto hacia la plaza, una pasarela verde con tipuanas. El desnivel existente desde la calle Tarragona se salvará con un paso de pendiente muy suave que acercará a los visitantes a la escultura de 22 metros de altura.
La obra en su conjunto requerirá 14 meses de trabajo divididos en dos fases. En la primera –a partir de marzo y hasta el otoño del 2018– definirá la parte de la nueva plaza no ocupada por el cuartel de bomberos y se llevarán a cabo actuaciones en las zonas afectadas por el parque de limpieza que se está construyendo. La segunda fase, de una duración similar,
corresponde al espacio de la instalación provisional de los bomberos y se efectuará cuando se derribe este edificio, una obra para la que todavía no hay calendario. El cuartel de bomberos del Eixample se trasladó en el 2010 al parque de Joan Miró como consecuencia de la operación de ampliación del hospital Clínic que acabó con la vieja instalación del servicio de extinción de incendios de la calle Provença.
La remodelación del parque Joan Miró, una de los primeros grades espacios recuperados para la ciudad por el ayuntamiento democrático a comienzos de los años ochenta del siglo pasado, está resultando una tarea muy laboriosa y de gran complejidad y duración. Desde abril del 2016 están en marcha las obras en el subsuelo para construir el nuevo centro técnico y logístico de los servicios de limpieza de l’Esquerra de l’Eixample. Sólo en este proyecto, que se espere esta listo este febrero, se han invertido 9,7 millones de euros. Se trata de un edificio de dos plantas soterradas y de más de 3.500 metros cuadrados, con capacidad para 290 operarios de los servicios de limpieza y 70 vehículos.
El nuevo parque de limpieza sustituirá al centro de trabajo de la calle Comte Borrell y, parcialmente, a los de las calles Ali Bei y Mallorca. Su construcción permitirá dotar de un local a la asociación de vecinos y de una nueva instalación de bombeo a la fuente ornamental del monumento.
Las obras comenzarán en marzo, tendrán una duración total de 14 meses y costarán casi 3,7 millones de euros