La Vanguardia

Ganar el futuro

- Juan B. Martínez

En verano, tras el cataclismo de Neymar, el Barça se vio abocado a una carrera desesperad­a por fichar. Tenía 222 millones frescos y una necesidad acuciante de parar el golpe. La inflación se disparó (sigue igual) y el club quedó frustrado por no haber conseguido todos los refuerzos que se proponía. Cinco meses después y tras un profundo periodo de reflexión, la estructura deportiva de la entidad sigue detectando posibilida­des de mejora en la plantilla. Desde la atalaya del liderato y desde el sosiego que produce el comprobar el buen hacer de Valverde y el compromiso de los futbolista­s, es una táctica inteligent­e continuar con el plan.

La llegada de un central se ha vuelto impepinabl­e por la marcha de Mascherano, aunque ahora Vermaelen se haya convertido en un jugador útil, y la voluntad de fichar a Coutinho y Griezmann (este para la próxima temporada) constituye una manera de intentar ganar el futuro. Todo el mundo convendría en que los precios que se barajan por ambos son indecentes pero el dinero del fútbol en general lo es y nadie le puede garantizar al Barça que dentro de seis meses o un año eso vaya a cambiar ostensible­mente. Antes el límite estaba fijado en los 100 millones. Ahora el máximo obliga a mirar a lo que abonó el PSG por Neymar.

Sin embargo, más allá del enorme desembolso y de cómo afrontarlo dentro de una tesorería que ya se tensa a la hora de pagar los salarios in crescendo de las estrellas, lo que intenta el Barça, y hace muy bien, es consolidar una columna vertebral en plenitud de condicione­s y con recorrido. Coutinho tiene 25 años y Griezmann, 26. Edades fantástica­s y que están en la línea de futbolista­s pujantes del equipo como Ter Stegen (25), Umtiti (24) o Sergi Roberto

Fichar desde la atalaya del liderato es una táctica inteligent­e para no vivir sólo al día

(25). A eso se le suma la presencia de Dembélé (20), un melón todavía por catar pero al que se le presume una magnífica proyección. Se trata de rodear de fuerza, regularida­d y calidad a los veteranos del equipo, aquellos que todavía marcan la línea en el campo y en el vestuario. Nadie pide (qué anatema) jubilar a los treintañer­os Messi, Suárez, Piqué o Iniesta. Al contrario, si Leo todavía puede decidir por él solo muchos partidos, ¿de qué no será capaz si se ve más y mejor acompañado?

De equipo con seny es reforzarse en los buenos momentos porque hacerlo en los malos es lo que haría hasta la portera de Núñez. Claro, mejor hubiera sido contratar a Coutinho cuando estaba en el Espanyol cedido por el Inter y costaba cuatro duros. Pero quién sabe si en aquel Barça de hace seis años el brasileño hubiera encontrado espacio. Lo más seguro es que no hubiera podido progresar. De ahí que sea tan sencillo hablar a toro pasado y tan complejo mejorar un gran equipo. El Barcelona ha establecid­o una hoja de ruta y está dispuesto a cumplirla.

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