Las bolsas siguen con euforia la estela de Wall Street
El Ibex sube un 2% y cierra por encima de los 10.300
La economía financiera, aquella que tiene que ver con todo lo que cotiza en los mercados –como las acciones y bonos– ha empezado el año con muchísima fuerza, con Wall Street, su máximo exponente, en la estratosfera: el Dow Jones superó ayer por primera vez en la historia los 25.000 puntos y catapultó a la mayoría de las bolsas mundiales, el petróleo y otros activos. La efervescencia de Wall Street, que ha sumado 5.000 puntos –un 20%– en los últimos doce meses, parece no tener fin a pesar de las tres subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal en el 2017 y de la concatenación de máximos históricos y altas valoraciones.
El vuelo de altura de la bolsa estadounidense, ayudada hasta ahora por los estímulos monetarios y beneficiada por la inminente implementación de la reforma fiscal, lo contagia casi todo. En Europa, sin llegar a estos niveles de euforia, también mandan las ganancias. El Ibex subió un 2% y cerró por encima de los 10.300 puntos por primera vez desde principios de diciembre, aunque su retraso con el resto de las principales plazas del Continente es importante. En Frankfurt, el Dax subió ayer un 1,5% y ya no está lejos de los 13.500 puntos que alcanzó en noviembre. Como el Cac de París, que se impulsó ayer un 1,5% y también a sus máximos históricos.
Parte de la buena marcha de las bolsas europeas se debe a la búsqueda de los inversores de rentabilidades para su dinero más atractivas que las que pueden obtener en los productos tradicionales de ahorro. Pero, junto con lo anterior –pese al anuncio del fin del programa de compras de deuda por parte del Banco Cendustrial tral Europeo (BCE)–, el motor ahora de la alegría bursátil está en las plantas productivas y los comercios, las empresas y las familias. El consumo y la inversión tiran, crece el empleo y las perspectivas son muy favorables.
Ayer se conoció un dato importante que corrobora todo lo anterior. La actividad económica en la eurozona se aceleró hasta su más rápido ritmo en casi siete años, mientras que el sector de servicios se disparó y las fábricas se vieron beneficiadas por una demanda interna en auge y un crecimiento casi récord de las órdenes de exportación. El índice PMI –muy valorado por los economistas–, elaborado a través de encuestas a gerentes de compra correspondiente a la producción in- y los servicios, avanzó hasta los 58,1 puntos en diciembre desde 57,5 puntos del mes antes, superando las expectativas del mercado y de IHS Markit, la empresa que realiza el índice. El mayor impulso del crecimiento en el periodo se vio en Irlanda, seguida de Francia, en tanto que la actividad en Alemania alcanzó su nivel más alto en casi siete años.
El informe sugiere que la economía de la eurozona está teniendo un comienzo fuerte en el 2018 después de disfrutar el año pasado de una expansión que fue probablemente la mayor en una década. El impulso de crecimiento sostenido podría dar al BCE más pruebas para eliminar el estímulo monetario si contribuye a promover una subida de la inflación.
Casi todo el viento sopla en la misma dirección, aunque los motivos difieran según los casos. En el del petróleo, el barril de Brent cotiza en máximos de dos años y
CAMBIO DE ESTÍMULOS En Estados Unidos, la política fiscal toma el relevo de la monetaria como catalizadora
LA FORTALEZA EUROPEA El BCE prosigue con su idea de acabar con la compra de bonos y la economía responde
medio tras las tensiones en Irán y la ola de frío extremo en Estados Unidos. Como es obvio, el apoyo climático a una demanda ya muy fuerte y alguna incertidumbre sobre la oferta solo pueden elevar los precios, que en el Brent ya se acercan a los 70 dólares el barril.
En el mercado de divisas, el euro sigue tan disparado como en los últimos doce meses. Se ha pasado de hablar de la segura paridad con el dólar a dirigirse, como pronostican muchos analistas, a un cambio de un euro por 1,25 dólares a finales de año. Ayer, el billete verde recuperaba momentáneamente el pulso tras la publicación de las actas de la Fed reconociendo el buen estado de forma de la economía estadounidense, pero ni la perspectiva de nuevas subidas de tipos cambia el ánimo de los inversores. En estas circunstancias, pocos se atreven a advertir de los riesgos de un cambio de tendencia y muchas veces son tachados de aguafiestas. Pero, en general, los prudentes viven más que los osados.