La Vanguardia

El Barça se dosifica y empata con el Celta en la Copa

Valverde se atrevió con un once inédito pero se salió con la suya y no perdió

- Carles Ruipérez Vigo LOS DESTACADOS

El Camp Nou decidirá. Como quería Valverde. Como temía Unzue. Después del 1-1, todo queda en juego para la vuelta. Y eso es una buena noticia para los blaugrana, que dieron descanso a sus cracks y sumaron a André Gomes y Arnaiz para la causa. Todas las espadas siguen en alto. Y eso no le gustará al Celta, que jugó con todos sus titulares y sólo rotó al portero.

Cuando un equipo va líder destacadís­imo en la Liga, donde en 2017 todo le salió a pedir de boca, y sabe que le espera un duelo a cara de perro en la Champions contra el Chelsea, la Copa sirve como una guinda. Es lo que le pasa al Barcelona, que entiende como pocos el funcionami­ento del torneo. Por algo es el campeón de las últimas tres ediciones. Y además tiene la vuelta en casa el próximo día 11. Así, sin nada que perder, se tomó el partido el Barça.

Cualquier parecido con el equipo que asaltó 0-3 el Bernabeu el pasado 23 de diciembre era pura coincidenc­ia. Valverde, que ya dejó en casa descansand­o a Messi, Luis Suárez e Iniesta, sólo repitió a cuatro jugadores del equipo base de la Liga. Eso sí, eran la columna vertebral del esqueleto: los dos defensas Piqué y Vermaelen, el mediocentr­o (Busquets) y Paulinho, al que todos esperaban de falso delantero centro pero que se situó como interior derecho. Con eso le bastó al Txingurri para ser un equipo reconocibl­e en Balaídos, donde, eso sí, el Barça recuperó el 4-3-3 y fue metódico en la ocupación de espacios.

Para sorpresa, el futbolista más adelantado de los blaugrana fue Jose Arnaiz, un futbolista de Talavera fichado del Valladolid en agosto en teoría para jugar en el B en Segunda. Pero el delantero cada vez que ha tenido una oportunida­d con el primer equipo la ha aprovechad­o para dejar huella. No pasa desapercib­ido nunca. Tres partidos ha jugado, los tres de la Copa, y ha marcado tres goles.

El Celta es un equipo agradecido para un torneo como la Copa. Los vigueses se cargaron el año pasado al Madrid, y hace dos al Atlético, y este curso quieren la cabeza del Barcelona. Por eso el encuentro fue divertido y no defraudó. Como nadie iba a especular, no tardó el Celta en acercarse al área. Pero Piqué estuvo rapidísimo para tocar lo justo el balón antes de que Iago Aspas pudiese conectar una vaselina por encima de Cillessen. El primer remate azulgrana fue un cabezazo bombeado de André Gomes tras una llegada de Semedo hasta la línea de fondo. El exvalencia­nista, al que desde que llegó se le ha reprochado que casi nunca acaba las cosas que empieza, es de los que ayer dio un paso al frente, imponiéndo­se en el centro del campo. El portugués condujo, tocó rápido y fiable, recuperó y mandó. Hasta hizo la jugada del 0-1. Gomes entró por la banda izquierda hasta la cocina y su centro y lo remató a la red al primer toque Arnaiz.

Pero el Celta de Unzue es un equipo atrevidísi­mo. Y en cuanto se recuperó de la sorpresa inicial, empató en una jugada en la que Aspas y Pione Sisto fueron los más pícaros. El remate de Aspas en bo-

André Gomes aprovechó al fin la oportunida­d, y creó además el gol que anotó Arnaiz

ca de gol dio en el larguero y, mientras la zaga del Barça se quedó quieta pensando que la jugada no era válida, Sisto recogió el rechace para marcar.

Fue casi la única vez que los dos puntas del Celta pudieron hacer diabluras frente a la seriedad de Vermaelen. El belga estuvo impoluto contra el ataque ante el que se lesionó Umtiti, y eso es mucho decir. Tras el descanso, el Barcelona salió al césped mejor. Y el gol merodeó la portería de Sergio. Cada ocasión era más clara que el anterior. Pero ni Arnaiz acertó en dos ocasiones ni lo hizo Denis Suárez, que con todo a favor ni siquiera encontró los tres postes. Más tarde el larguero repelió un derechazo de Busquets desde la lejanía.

Parecía que los minutos finales tenían que ser los de Dembélé, que reapareció, pero el que emergió fue otro exjugador de Borussia Dortmund: el turco Emre Mor. Dos veces se plantó, después de buenas triangulac­iones, delante de Cillessen y en ninguna lo pudo superar. Dembélé tampoco pudo ganar la carrera a Fontàs en su mejor ocasión.

En la vuelta, más diversión.

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El delantero del filial, autor del gol azulgrana, fue un peligro para el Celta
Arnaiz, lanzado El delantero del filial, autor del gol azulgrana, fue un peligro para el Celta
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SALVADOR SAS / EFE

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