Combatir las falsedades
La mayoría de las fuerzas políticas francesas anteponen la libertad de expresión
El proyecto de Emmanuel Macron para perseguir las noticias falsas en internet a base de vetos y multas ha puesto en pie de guerra a los periodistas y la oposición, que ven la propuesta como un ataque directo a la libertad de expresión.
¿Y si el anuncio del presidente fuera una falsa noticia? Lo sugirió un periodista mientras degustaba la tradicional galette (tarta, no rosco) de Reyes en el Elíseo tras la felicitación de Año Nuevo a la prensa, restablecida por Emmanuel Macron cuatro años después de que François Hollande la suprimiera y rematada con la promesa de una ley contra las fake news en campaña electoral.
Para “terminar con las mentiras destinadas a ensuciar una reputación”, un texto de ley, “previsto para las próximas semanas”, se ocuparía incluso de los contenidos patrocinados, “que deberían aclarar quién los financia”. La ley permitiría “suprimir contenidos, cerrar cuentas y hasta impedir el acceso a internet”. También “daría más poder al Consejo Superior del Audiovisual para luchar contra toda tentativa de desestabilización por parte de las televisiones controladas o influenciadas por estados extranjeros”.
Michèle Cotta, decana de las periodistas políticas francesas, ironizó en Le Point: “No sé si el presidente perdona, pero está claro que no olvida”. Y es que en abril pasado una noticia falsa le atribuyó una cuenta secreta en Bahamas, en plena campaña electoral. Ya presidente, el 29 de mayo, en presencia del presidente ruso, Vladímir Putin, que miró a otro lado, Macron acusó directamente a la corresponsal de RT, una de las dos cadenas sostenidas por el Kremlin, de aquella falsedad.
En cualquier caso, la oposición recibió de uñas el anuncio. “Control de la palabra en internet, judicialización suplementaria de la sociedad. ¿Francia seguirá siendo una democracia si amordaza a sus ciudadanos?”, preguntó Marine Le Pen. La presidenta del Frente Nacional calificó de “muy inquietante” el proyecto de ley. “¿Quién va a decidir si una información es falsa? ¿La magistratura? ¿El Gobierno?”.
Al otro extremo del espectro, el diputado de la Francia Insumisa, Alexis Corbière se interrogaba: “¿Que és una fake new, cómo se la coarta, de qué hablamos exactamente? ¿No se tratará de una voluntad de amordazar? Creo en la libertad plena de internet. Y ya existen medios legislativos de control. ¡Atención a no desequilibrar la ley de 1881 que garantiza la libertad de prensa!”. Para la portavoz de Los Republicanos (derecha) se trata de “una proposición peligrosa para la libertad de prensa”.
Por ahora en Europa sólo Alemania legisló en el 2017 para” luchar contra las falsas noticias o los discursos de odio”. Pero ya la citada ley francesa de 1881 prevé una multa de 45.000 euros por “la publicación, difusión o reproducción, por cualquier medio, de noticias falsas, de
En Francia la ley ya prevé castigos –una multa de hasta 45.000 euros– por propagar noticias falsas
pruebas falsificadas o falsamente atribuidas a terceros, que hayan turbado la paz pública o amenacen hacerlo”. Le Monde expresaba ayer sus dudas en su editorial: “Una cosa es, como lo explicó sentenciosamente Emmanuel Macron, impartir una lección de periodismo sobre ‘los rumores de antecámara’, que él mismo y su equipo no desdeñan propagar por otra parte y otra fijar un cuadro jurídico excepcional [...] en un dominio tan evolutivo y complejo como el de las tecnologías digitales y un tema crucial como la libertad de prensa”.