Queridos Reyes Magos
Esta carta va dirigida a vosotros para que podamos seguir manteniendo la ilusión, la utopía y la voluntad de seguir luchando por un mundo más justo, libre e igualitario. Donde nadie vulnere los derechos humanos y queden impunes sus acciones. Donde nadie se crea superior a otro por su estatus social, ideología, formación académica o por el simple color de la piel.
Queridos Reyes Magos, por favor, no olvidéis a los excluidos, los enfermos, los discapacitados, los parados, a las víctimas de la violencia machista, a los refugiados, a los presos de conciencia, a las víctimas de la corrupción política; a las víctimas de los abusos bancarios. No olvidéis a los más humildes e indefensos.
No debemos, no queremos ni podemos olvidarnos de pediros que llevéis la paz a muchos países del planeta donde la muerte de miles de inocentes, principalmente niños y mujeres, están a la orden del día.
No quería despedirme sin antes pediros un poco más de magia para transmitir fuerza a los ciudadanos, en general, al objeto de que sean mucho más empáticos, solidarios y comprometidos con el entorno que les rodea para garantizar los derechos fundamentales de todas las personas.
JOSÉ MANUEL PENA
A Coruña