Multa a los padres que convivieron con su hijo fallecido
El juzgado de Girona ha condenado a los padres que convivieron más de un mes con el cadáver de su hijo de 8 años en un piso de Girona junto a sus dos otros hijos a pagar una multa de 990 euros por un delito de homicidio por “imprudencia menos grave” con el agravante de parentesco.
Los procesados, el matrimonio Schell Darlen Hopkins y Bruce Edwin Hopkins, de 40 y 41 años y origen estadounidense, se enfrentaban a una pena de 3 años y 3 días de prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave. Pero el tribunal ha concluido que no queda demostrado que el menor sufriera un ataque asmático grave ni que la pareja fuera consciente del grave riesgo de salud que corría su hijo, entre otras cosas porque vivían en una situación de “aislamiento”. Según recoge la sentencia, los niños –el menor fallecido tenía dos hermanos que actualmente tienen 15 y 18 años de edad– no estaban escolarizados y no se relacionaban con nadie, hasta el punto que “ninguno de sus vecinos ni la propietaria del piso donde vivían pudo determinar la última vez que habían visto al niño con vida”.
Sobre la causa de la muerte, el juez sostiene que queda demostrado que el niño sufrió un “episodio de asma previo o inmediato a la muerte” y que el hecho de no haber recibido tratamiento “contribuyó o fue la causa directa” del fallecimiento. Sus padres, con los que convivía y de los que dependía, “conscientes del agravio de su salud, desconfiaban del sistema sanitario y omitieron la conducta debida de llevarlo a urgencias hospitalarias o pedir ayuda a terceros, provocando con esta inactividad el agravio que desembocaría en la muerte de su hijo, sin que conste día concreto de su fallecimiento”.
El abogado del matrimonio, Christian Salvador, quien avanzó que no presentarán recurso, valora la sentencia como “justa” porque “teniendo en cuenta la gravedad de las acusaciones que caían sobre ellos, con petición de prisión, estamos satisfechos pese a la tragedia que supone que unos padres hayan perdido a su hijo”.
El juez cree que no queda demostrado que el niño sufriera un episodio asmático grave