Extremos opuestos
Dembélé regresa y Arnaiz ilusiona mientras Deulofeu cada vez está más fuera
De Dembélé a Deulofeu y de Deulofeu a Arnaiz. El juego de los extremos del Barça ha cambiado un mundo desde el verano, aunque lo lógico es que esa posición vuelva a su dueño original, a poco que el francés vaya sumando minutos tras regresar 111 días después de su lesión. Lo hizo con ganas, movilidad y hasta una ocasión. No le dio tiempo a más pero se puede decir que el Barcelona, con él, ha ganado ya a un futbolista en un invierno que se espera movido.
“Seguiremos un proceso e intentaremos ayudarle pero luego es el jugador el que se tiene que ganar los minutos”. Esta declaración la hizo el miércoles Ernesto Valverde sobre Dembélé, pero bien hubiera podido referirse a José Arnaiz. O a Gerard Deulofeu. Aunque por motivos diferentes. El campo dicta sentencia y es en el césped donde un futbolista se gana su futuro o se cava su tumba. En este sentido, las últimas noticias que se tienen de Deulofeu son unos minutos catastróficos en Valencia en un partido para demostrar de lo que es capaz un jugador y una falta de puntería alarmante frente a un Segunda B como el Murcia. Como si nunca hubiera abandonado su manto de promesa. Como si todavía fuera un jugador del filial que no crece aunque ya hayan pasado los años. Todo lo contrario le ocurre a Arnaiz, ese futbolista fichado para el segundo equipo de una manera casi clandestina, sin ningún cartel ni expectativa. Pero el delantero de Talavera de la Reina (22 años) está aprovechando las oportunidades y se está abriendo un hueco en el panorama futbolístico. Sólo el tiempo dirá si se convierte, por ejemplo, en un nuevo Pedro (lo firmarían él y todos los barcelonistas) pero sin duda está enseñando cualidades para moverse en la élite. En tres partidos con el primer equipo, todos en la Copa, ha metido tres goles. ¿Cómo? Con decisión, instinto y confianza. Así marcó en Murcia y también en el Camp Nou y con esa misma virtud de estar en el sitio correcto en el momento justo anotó el 0-1 en Vigo. Lo hizo como delantero centro, aunque suele partir en el B desde una banda. Pero, se ubique donde su ubique, su relación con el gol se mantiene. Es un jugador concreto, como lo prueba el hecho de que encontró la red en sus tres primeros tiros a puerta con el primer equipo. Es una estadística casi incomprobable en general pero seguro que pocos jugadores podrían decir lo mismo. Después tuvo un par de ocasiones más, como un remate en plancha que se le marchó desviado.
Mientras Dembélé, que se colocó en el eje del ataque, coge ritmo y Arnaiz se llena de ilusiones, Deulofeu ha desaparecido del todo de los planes de Valverde. Lo dejó fuera de la lista para el Bernabeu, aunque ya había recibido el alta médica, y para Vigo prefirió a dos futbolistas del filial, el mentado Arnaiz y Aleñá, antes que darle una ocasión en una alineación repleta de rotaciones. Lo cierto es que Deulofeu, repescado en verano, nunca ha despejado las dudas en torno a su rendimiento y tiene muchos números de encontrar una salida en el mercado de invierno, aprovechando que en Italia cuenta con un buen cartel tras sus decentes actuaciones con el Milan. Su tarjeta barcelonista, que nunca fue boyante, se ha quedado sin crédito. Todo lo contrario que la de Arnaiz, que terminó con rampas, y la de Dembélé, cuyo contador está a cero. Empieza su historia.