Harry Kane, el hombre gol
El fútbol europeo tiene una nueva estrella en la figura de Harry Kane, el delantero del Tottenham Hotspur que a lo largo del 2017 ha conseguido marcar 56 goles en las distintas competiciones en que ha participado. El caso de Kane me parece interesante no sólo porque haya superado en número de tantos a Messi y a Cristiano Ronaldo en el último año, acabando con una larga etapa de “bipartidismo”, sino por el modo en que se ha ido haciendo un lugar destacado en el firmamento de los astros del fútbol mundial. Y es que la trayectoria de Harry, nacido en Londres en 1993, no es la de un triunfador nato, llegado para brillar desde sus primeros pelotazos, sino la de un esforzado currante del balón.
Ahora todo son mieles, y el ariete del Tottenham puede soñar con las fichas millonarias que varios equipos europeos, entre los que se cita al Real Madrid, estarían dispuestos a pagarle. Pero sus comienzos no fueron los de una joven promesa descubierta por un buen ojeador, captado, alimentado, promovido y mimado por algún gran club. Kane no tuvo tanta suerte. Cuenta su leyenda personal
Su receta para llegar a lo más alto ha sido diferente, la de la paciencia y la perseverancia
que se inició con ocho años entre los alevines del Arsenal. No había cumplido los diez cuando tuvo que enfrentarse a su primera decepción, porque los técnicos de los gunners consideraron que Harry no era un diamante en bruto, sino un correcaminos mediocre. Buena vista la suya.
Harry decidió perseverar. Y lo hizo pasándose a la competencia, el Tottenham. Inicialmente, no le hicieron mucho caso, pero tras un periodo en el que militó en el Watford, los de su club actual aceptaron darle otra oportunidad. Aunque lo hicieron a medias y con poca fe, porque el hecho es que el hoy espigado delantero –mide 1,88 metros- fue cedido a medio mundo.
Pero Kane no perdió el tiempo en ninguno de aquellos destinos y, de vuelta en el Tottenham, firmó su primer contrato profesional en el 2010. En aquella temporada, la 2009-10, marcó 18 tantos, todavía en las filas de los sub-18. Estaba preparando el despegue. Aún así, en 2011 volvió a ser cedido, esta vez al Leyton Orient, de la tercera división inglesa. Y el mismo año hubo otra cesión, al Millwall FC. Y otra en el 2012, al Norwich City, donde sufrió una lesión importante, con fractura de uno de los huesos del metatarso. El Tottenham le ayudó en su recuperación y la eclosión llegó en la temporada 2014-2015, con un primer hat trick en la Premier. En el siguiente campeonato ya fue el mayor goleador, con 25 goles. Y este año ha dejado atrás a dos jugadores que, sumados, tienen diez Balones de Oro. Kane, en suma, ha llegado, y va a quedarse, con una receta necesaria, aunque no siempre suficiente, la de la paciencia y la perseverancia.