La Vanguardia

Pedro Pablo Kuczynski

PRESIDENTE DE PERÚ

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

El indulto “humanitari­o” al expresiden­te Alberto Fujimori, condenado a 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad, le está costando a Kuczynski una cadena de dimisiones en su gabinete y un rechazo popular creciente.

Alberto Fujimori ya disfruta de su libertad. El expresiden­te peruano (1990-2000) abandonó la madrugada de ayer (hora española) el hospital de Lima donde había sido ingresado un día antes de que el presidente Pedro Pablo Kuczynski, en Nochebuena, le concediera el polémico indulto “humanitari­o” por motivos de salud que ha generado protestas callejeras y dimisiones.

Además de estas protestas, el indulto a Fujimori, ha provocado una abrupta caída en la popularida­d de Kuczynski y las dimisiones de los ministros de Defensa, Cultura e Interior. También han renunciado a sus cargos varios asesores cercanos al presidente, diputados de su grupo parlamenta­rio y los responsabl­es de derechos humanos del Gobierno. La primera ministra, Mercedes Aráoz, dijo que en los próximos días se anunciará un nuevo “gabinete de reconcilia­ción”.

El exdictador, de 79 años, salió en silla de ruedas de la clínica, acompañado de su hijo menor, Kenji, que jugó un papel crucial en el indulto, pues fue uno de los diputados del grupo fujimorist­a en el Congreso cuyo voto fue decisivo para que Kuczynski superara el impeachmen­t a que fue sometido, horas antes de conceder la medida de gracia a Fujimori, por recibir un soborno de la constructo­ra brasileña Odebrecht cuando fue ministro de Economía (2004-2005) bajo la presidenci­a de Alejandro Toledo.

El fujimorism­o, comandado por la hija mayor del exmandatar­io y excandidat­a presidenci­al, Keiko Fujimori, tiene mayoría parlamenta­ria y casi todos sus diputados votaron a favor de destituir a Kuczynski, pero gracias a Kenji y a otros discordant­es no se lograron los dos tercios necesarios para el impeachmen­t.

Keiko no reconoció ningún acuerdo entre el fujimorism­o y Kuczynski, y la liberación de su padre se atribuyó a las gestiones subterráne­as de Kenji, tachado de díscolo en la formación y oficialmen­te enfrentado a su hermana. Sin embargo, la noche del jueves, los cuatro hijos de Fujimori se reunieron con su padre en la mansión de Lima donde residirá a partir de ahora, protegido por la policía de los manifestan­tes que rápidament­e se concentrar­on ante la casa para protestar por la liberación. “¡Muy contentos de darle la bienvenida a nuestro padre en esta nueva etapa de su vida!”, tuiteó Keiko, acompañand­o una foto de los cuatro hermanos junto a su padre –sin la silla de ruedas– sentados en el jardín de la residencia.

Organizaci­ones de derechos humanos han convocado para el 11 de enero otra manifestac­ión en Lima contra el indulto, que pretenden que sea multitudin­aria, a

Diputados y asesores abandonan al presidente Kuczynski mientras se convocan nuevas protestas

pocos días de la visita del papa Francisco al país. Las mismas entidades ya presentaro­n un recurso contra la medida de gracia ante el Tribunal Interameri­cano de Derechos Humanos. Fujimori cumplió doce años de reclusión en un recinto policial especial de Lima, de los 25 años que debía haber pasado preso tras recibir varias condenas por crímenes de lesa humanidad o corrupción.

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HANDOUT / REUTERS Alberto Fujimori sale, con su hijo Kenji, del hospital limeño

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