El escritorio
Cuando yo era pequeña, en la lista de cosas que pedía en la carta a los Reyes Magos siempre había un coche de pedales, año tras año lo pedía y no me lo trajeron nunca. Pero cuando tenía siete años, los Reyes Magos me trajeron un escritorio para mi habitación, era de color azul celeste y también lo acompañaba una banqueta de color rosa. Fue mi primer escritorio, y si los recuerdos no me fallan diría que me sentí reconocida por tener un rincón propio donde escribir. De ello ya hace mil años, aunque aquel escritorio ha quedado en el baúl de los recuerdos como un regalo lleno de sentido. En aquellos momentos yo creía firmemente en la magia de los Reyes Magos y tal vez aquel regalo me mostró inconscientemente un camino que seguir, y hasta ahora.
Y siempre, a lo largo de mi vida, he hecho lo posible para tener un rincón donde escribir, no solamente dónde, sino para escribir. Quizás esa fue la magia real del día de Reyes, aquel no era tan sólo un mueble, era toda una invitación a usarlo como un instrumento vital de comunicación conmigo misma y con los demás. Y así ha sido. De manera que el día de Reyes sí que tiene magia y funciona si una tiene la percepción conectada con lo que tal vez no se vea, pero está ahí. La vida es un misterio, de ella sabemos muy pocas cosas, podríamos decir como Sócrates: “Tan sólo sé que no sé nada”, y es por eso que modestamente nos es necesario aprender cada día el sentido de lo que sucede y mirar de entender lo que se pueda, respetando lo que no se entiende, Porque los acontecimientos van y vienen con su propia dinámica, dónde la magia de que hablaba antes quizás también tenga su papel.
Una hoja en blanco invita a escribir palabras y tal vez son las palabras que surgen de no se sabe dónde las que dan forma a las sensaciones, las impresiones y los sentimientos en forma de un lenguaje inteligible, como un puente de comunicación con los demás. Y es por ello que el lenguaje es mágico, y como tal, conviene preservarlo de tergiversaciones y corrupciones, porque es la base de la confianza entre los humanos.