Más dunas, más duro, más reñido
La 40.ª edición del rally quiere hacer honor a su efeméride con una ruta de leyenda
Es el Dakar que me habría gustado correr; esta edición tiene todos los ingredientes necesarios para que sea un Dakar histórico, a la altura de su 40.º aniversario”. Marc Coma, director deportivo del rally más duro del mundo, no lo duda: este Dakar 2018 será recordado. Por su belleza y su dureza, por su espíritu africano, con más dunas todavía, y por tanto más navegación, y por la rivalidad acentuada en motos y coches que se intuye en la salida, hoy desde Lima (Perú), punto de partida del 10.º Dakar sudamericano.
¿Qué hace más salvaje esta edición en la que se cumplen 40 años de la travesía por el desierto africano que se inventó Thierry Sabine? Para empezar, y no es baladí, la carrera durará dos días más, 14 etapas, con una jornada de descanso en La Paz el día 12. “La primera semana tiene un perfil de carrera que no se había hecho nunca en Sudamérica, no dejamos ni un rincón de Perú sin explorar”, expone Marc Coma, y eso significa dunas y navegación, como las de Tanaca (5.ª etapa, el día 10), con dos especiales diferentes para motos-quads y coches-camiones que se correrán a la vez.
Un segundo elemento de dureza lo aporta la altura de Bolivia, mucho más exigente, con cuatro etapas (de la 6.ª a la 9.ª) en las que la caravana llegará por encima de los 4.500 metros (en Tupiza, hasta los 4.786 m), lo que es sinónimo de frío, de dificultades físicas y complicaciones mecánicas. El contraste térmico lo vivirán al bajar a la planicie argentina, con días en los que el termómetro no bajará de 30ºC, con un perfil más dakariano, en lugares míticos como Fiambalá, Salta y San Juan.
Con estos ingredientes geográficos y meteorológicos, la carrera vuelve a presentarse en las dos categorías principales, coches y motos, como la lucha de dos potencias por el prestigio y la hegemonía: la francesa Peugeot contra la alemana Mini (y la japonesa Toyota), y la austriaca KTM ante la nipona Honda.
En cuatro ruedas, Stéphane Peterhansel y los buggies de Peugeot persiguen la tercera victoria consecutiva, la última para la firma francesa, que ha anunciado su retirada del rally. Para Monsieur Dakar sería su 14.ª estatuilla (8.ª en coches), récord absoluto. Sus principales rivales serán sus compañeros de equipo, Sébastien Loeb (2.º el año pasado, con 5 victorias de etapa) y Carlos Sainz (con su copiloto catalán Lucas Cruz), que busca reeditar el éxito del 2010 y enterrar los cinco abandonos consecutivos, el último, temprano, en la 4.ª etapa. “Los Peugeot son claros favoritos, han demostrado cierta superioridad, pero habrá que ver cómo afecta el nuevo reglamento para nivelar”, señala Coma. Se refiere al menor peso y mayor recorrido de suspensión que se permite a los 4x4 para fuera pista y pistas rotas. Los más favorecidos pueden ser los 4x4 de Mini, como el que llevará Nani Roma, que regresa al equipo (X Raid) con el que ganó en el 2014, tras su experiencia efímera con Toyota (4.º en el 2017). Mini pone en liza dos 4x4 (Roma y Terranova) y dos buggy nuevos (Hirvonen, Al Rajhi y el debutante Bryce Menzies). “Creo que podemos dar guerra y aspirar a la victoria, será interesante que sea un Dakar duro porque tenemos un coche robusto”, comenta Nani, que se ve aspirante a derrocar a los Peugeot, como también a un intratable Nasser Al Attiyah (campeón 2011 y 2015) como líder de los Toyota; el qatarí, campeón del mundo de rallies TT, lo ganó todo en el 2017.
40 AÑOS DE RALLY MÍTICO “Esta edición tiene todos los ingredientes necesarios para que sea un Dakar histórico, digno del 40.º aniversario”
BATALLA A TRES BANDAS En coches el tuareg se jugará entre Peugeot (Peterhansel, Sainz, Loeb), Mini (Roma) y Toyota (Al Attiyah)