La Vanguardia

Crisis de los genéricos

El estancamie­nto de las ventas y la erosión de los precios golpean al líder mundial del sector

- ROSA SALVADOR

El líder mundial del sector de los medicament­os genéricos, la empresa israelí Teva, despedirá a 14.000 personas y cerrará su fábrica de Jerusalén. El sector está en crisis, con las ventas estancadas y precios y márgenes menores.

La firma despedirá a 14.000 personas, 1.750 en Israel, y cerrará la fábrica de Jerusalén

Las ventas del sector se han estancado y las rebajas de precio dejan los márgenes en el 3%

Como Saturno devoraba a su hijos, la industria de los genéricos devora a sus empresas. Y ni siquiera el líder del sector, la compañía israelí Teva, ha sido capaz de aguantar la presión de un modelo de negocio basado en la continua erosión de precios en un momento en que las unidades vendidas no crecen como antaño porque no hay tantos fármacos superventa­s que pierdan su patente y porque su cuota de mercado ya es muy alta y copan cerca del 60% del mercado en los países más desarrolla­dos del mundo.

Teva, icono de la industria israelí, anunció hace unas semanas su propósito de despedir a 14.000 personas, el 25% de sus trabajador­es en todo el mundo, dentro de un plan de ajustes de costes para revertir el deterioro de la empresa, que había perdido la mitad de su valor en bolsa en los últimos doce meses.

Jorge Bagán, socio responsabl­e de Ciencias de la Vida y Salud de Deloitte, destaca que, en el caso de Teva, a la erosión de los precios de los genéricos se han añadido problemas específico­s: una deuda de 35.000 millones de dólares (1,4 veces su facturació­n anual), asumida principalm­ente por la compra de su competidor­a estadounid­ense Actavis, y la pérdida de la patente de un medicament­o propio contra la esclerosis múltiple, Copaxone, que le aportaba el 40% de sus beneficios.

El plan de Teva para superar su crisis incluye el cierre de fábricas (entre ellas la de Jerusalén), la venta de algunas unidades de negocio, la suspensión del dividendo y de los bonus de trabajador­es y directivos. El recorte afectará “sólo” a 1.750 trabajador­es en Israel (exactament­e un 25% de su plantilla) pero ha causado un auténtico terremoto político y social: el primer sindicato israelí, Histadrut, convocó media jornada de huelga general así como paros parciales en Teva e incluso el primer ministro Beniamin Netanyahu declaró que utilizará todos sus medios para mantener abierta la fábrica de Jerusalén. Teva fue durante años el primer empleador de Israel, es todavía el mayor exportador, pero más aún fue el primer caso de éxito económico internacio­nal y eso la convirtió en un símbolo para el país. Además, según los sindicatos, se ha beneficiad­o de exenciones fiscales por valor de 6.000 millones de dólares en la última década. Kare Schultz, un ejecutivo danés fichado de Novo Nordisk en octubre como presidente de la empresa para intentar reflotarla, no se ha mostrado dispuesto a rectificar, pero ha retrasado el cierre de la planta de Jerusalén hasta el 2019.

Bagán destaca que “la presión en los precios de las medicinas continuará, porque los gobiernos necesitan hacer sostenible­s los sistemas sanitarios. Y en las empresas de genéricos el 70% de los costes son de fabricació­n y distribuci­ón, por lo que sólo pueden mantenerse rentables bajando costes o concentrán­dose, para lograr economías de escala”. Según los datos de EvaluatePh­arma, el sector sigue atomizado, con 20 grandes firmas importante­s y sólo las dos mayores, Teva y Sandoz, con una cuota de mercado de dos dígitos. Y las ventas, además, se han casi estancado desde el 2014, y alcanzaron el año pasado los 79.000 millones de dólares.

Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, director general de Aeseg, la patronal española de fabricante­s de genéricos, señala que la caída del precio de los genéricos en muchos casos llegan a su límite: el punto en que las empresas que los fabrican no cubren costes. Con muchos medicament­os con precios de venta por debajo de los 2 euros, el sector tiene ya unos márgenes similares a la gran distribuci­ón, de apenas el 2% o 3%, en un entorno de costos fijos crecientes (de electricid­ad, agua, salarios, etcétera). “Cuando un genérico sale al mercado plantea una rebaja de al menos el 40% sobre el medicament­o de marca, pero al cabo de 2 o 3 años aumenta y supera el 70%, y los precios siguen bajando. Esta dinámica sólo se puede mantener incrementa­ndo los volúmenes de ventas, y los gobiernos habrían de ser más sensibles y potenciar la prescripci­ón de genéricos para que sea posible” señala.

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ABIR SULTAN / EFE Trabajador­es de Teva protestan ante las oficinas del primer ministro Beniamin Netanyahu contra el cierre de la fábrica de Jerusalén
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FUENTE: EvaluatePh­arma LA VANGUARDIA

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