En tiempo de espera
El Partido Popular duda sobre cómo afrontar el relevo de Albiol y el nombre de su sustituto para reflotar la nave
En estado de shock todavía después de la debacle electoral del 21-D, el PP catalán está en un incierto compás de espera. Las dudas sobre cuándo se debe afrontar el relevo de Xaxier García Albiol en la presidencia, cómo y, sobre todo, quién debe ser su substituto campan por la calle Urgell, sede del PPC, y los cuarteles generales del PP en la madrileña Génova 13.
Algunos dirigentes populares hablan abiertamente de “parálisis”, incluso de “pánico” ante la empresa que deben hacer frente: reflotar una formación con sólo cuatro diputados en el Parlament –su peor resultado en la historia–, con la ausencia de un liderazgo interno claro, y unas estructuras territoriales muy debilitadas desde hace años, amén de esa eterna división entre “familias” y sectores que, mal gestionada, podría desatar ahora una contienda civil.
Otros dirigentes del PPC, menos pesimistas al creer que su pérdida de escaños es coyuntural y se debe a la capitalización del voto útil antiindependentista que logró Cs, defienden abrir un “periodo de reflexión” a la espera de que se aclare el escenario catalán y saber si hay investidura o una nueva llamada a las urnas. Nadie duda, no obstante, en la necesidad de que Albiol, a quien se agradece que meses antes del 27-S, con unos sondeos nefastos, aceptara ser el candidato y substituir a Alicia Sánchez-Camacho, deje paso a un nuevo liderazgo.
Como también es mayoritaria la convicción de que se debe “dar una vuelta al partido” –por ahora sólo ha dimitido Juan Arza como secretario de Estudios–, e incluso ya hay quien plantea una suerte de refundación con el fin de ser el referente del centro derecha catalán, recuperando los muchos votantes del PP que se han ido a Ciutadans, e intentando crecer por el espacio democratacristiano y conservador que dejó huérfano el cierre de Unió.
La sombra de la Unión del Pueblo Navarro (UPN) vuelve a emerger como en otros momentos de crisis del PPC. “El 21-D ha sido la consecuencia de unos males que venimos arrastrando desde muchos años”, apunta un veterano dirigente que, entre otras razones, señala a la ausencia de un discurso propio y propositivo en Catalunya. Razón por la cual el mensaje enviado a la dirección nacional es que, pase lo que pase, el cambio debe partir de Catalunya y contar con el apoyo de una militancia que no aceptaría el dedazo como método. Además, entre los cuadros municipales existe una gran preocupación por las elecciones locales previstas para mayo del 2019, creen que tendrán muchas dificultades para formar listas y una fuga de militancia hacia Cs si no se produce en los próximos meses un cambio de rumbo claro en el PPC.
Las posiciones en el partido ya no son tan cercanas cuando se analiza los pasos que seguir para el relevo en la presidencia y encontrar un “acomodo digno” a Albiol, mientras este prepara su candidatura para la alcaldía de Badalona. En el actual momento de incertidumbre política, ni la dirección nacional, ni Moncloa ni la cúpula del PPC contemplan como primera opción la convocatoria de un congreso que podría abrir en canal el partido.
La posibilidad que cobra más fuerza, aunque estará condicionada por los movimientos de los partidos independentistas en los próximos días, es que las decisiones internas se tomen en una junta directiva, máximo órgano de dirección entre congresos.
Este podría nombrar un sustituto de Albiol o buscar la manera de que cohabiten el todavía presidente –asumiría un cargo en al Diputación de Barcelona– con Alejandro Fernández como presidente del grupo parlamentario.
Este movimiento permitiría al PPC renovar su jefatura para afrontar los próximos meses y ganar tiempo para diseñar un profundo cambio estructural y de discurso.
Amén de la figura de Fernández, portavoz parlamentario en la pasada legislatura y con importantes
La apuesta de Rajoy por Montserrat es clara, pero no quiere desprenderse ahora de ella como ministra
Cada vez más voces en el PPC piden un cambio profundo en la estructura y el mensaje
apoyos entre las bases catalanas, la que parece ser la apuesta de Mariano Rajoy a medio plazo es la actual ministra de Sanidad, Dolors Montserrat. Su perfil moderado y dialogante, como demostró en el proceso de la Agencia Europea del Medicamento, concuerda con los partidarios de convertir el PPC en un partido transversal y no en un instrumento resistencialista.
Su principal hándicap es que Rajoy no quiere desprenderse ahora de ella como ministra –sobre todo teniendo en cuenta que no tendría presencia en el Parlament– y apuesta porque sea la cabeza de cartel por Barcelona en las generales. Estos planes hacen que no se descarte un liderazgo mixto entre Monserrat y Fernández. Siempre y cuando entierren el hacha de guerra.